Dicho y hecho. Los dueños del Rainbow Bar en Los Angeles querían honrar a Lemmy Kilmister, uno de sus mejores clientes y leyenda del rock, con una estatua que demostrara la recíproca admiración que sentían. Esta semana, se inauguró la estatua que ya ha provocado miles de comentarios en las redes sociales.
Travis Moore, el escultor, fue el encargado de inaugurar su obra. Se trata de una escultura a tamaño real en bronce que han pagado los fans y los amigos del artista fallecido en diciembre.
Todd Singerman, manager de Motörhead, y Cheryl Keuleman, novia de Lemmy, asistieron a la ceremonia, junto a todos los fans que hicieron una larga cola para ver esta estatua por primera vez. Singerman comentó: “Para mí Lemmy está al nivel de Johnny Cash o de The Beatles. Era real, no hacía pachanga. Estaba en el escenario como si estuviera en su casa. A ver si encuentras a alguien que haga eso hoy en día”.