El país se ha descarrilado. Fue la frase que tuvo Jorge Burgos para referirse a la marcha de Chile bajo el gobierno que él –hace apenas dos meses- estaba liderando como ministro del Interior y vicepresidente de la República. La puñalada por la espalda de Burgos a un Gobierno apenas salió de él van en sintonía con la mirada apocalíptica del ahora candidato Ricardo Lagos y del empresario Andrónico Luksic, quien sentenció que “el país se está cayendo y entre todos tenemos que levantarlo”.
Bueno, ajenos al incendio institucional que vivimos, las marcas Ferrari y Maserati anunciaron que tendrán una casa matriz en Santiago por el alza de ventas en autos de lujo. En el contexto de un aumento en la venta global de vehículos nuevos en Chile, el mercado de los que cuestan más de 50 millones de pesos está en constante demanda por clientes que, según informa El Mercurio, «se apoyan en facilidades crediticias y en una oferta más amplia de marcas».
Por eso, las firmas de origen italiano Ferrari y Maserati optaron por construir en Chile una casa matriz exclusiva para sus operaciones, que estará lista el próximo año, en la comuna de Lo Barnechea. Son decisiones arriesgadas en un país que se estrella hacia los infiernos. Pero, claro, ahora lo podrá hacer sobre las ruedas glamorosas de un veloz y carísimo Maserati.