Esta semana, el New York Post reveló qué le dijo Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, a la junta que revisó, y finalmente rechazó, su petición de libertad condicional, hace dos semanas.
Chapman, de 61 años, fue condenado a cadena perpetua por dispararle cuatro tiros y matar al ex Beatle, a la entrada del edificio Dakota, en el Upper West Side, de Nueva York, y así recordó ese 8 de diciembre de 1980: «Él salió, y esta es una parte de la que realmente me arrepiento, él salió y como excusa para hablarle yo tenía un disco y un lápiz, y le pregunté si podía autografiar el álbum. Se tomó su tiempo para hacerlo, y me preguntó si quería algo más.. Su esposa había salido con él, y lo esperaba en la limosina, y pensé en lo amable que Lennon había sido con una persona que no conocía. En un momento pensé en guardar la última bala y poner la pistola en mi boca, pero no, yo no podía hacerlo. Soy demasiado cobarde como para quitarme la vida», dijo Chapman.
Chapman pidió el autógrafo a Lennon cerca de las dos de la tarde y, luego de aguardar todo el día, siempre leyendo «El guardián entre el centeno», abrió fuego contra el músico pasadas las diez de la noche, cuando este regresaba a su casa.