Por Jorge I. Lagás
El festival Rockout 2016 tiene un plato fuerte y es Rammstein. El grupo alemán vuelve a Chile después de seis años, justo cuando han reactivado fuerzas y toman vuelo los eventuales próximos proyectos de esta máquina alemana que en sus más de 20 años de actividad han sorprendido al mundo con su música, sus conceptos, su imponente show en vivo y su retorcido sentido del humor.
Con miras a la cita del sábado 03 de septiembre en el Estadio Santa Laura, tomamos contacto con el guitarrista Richard Kruspe, uno de los puntales del sonido de la banda. Esto es lo que contó:
Hola Richard, ¿cuál es la sensación al saber que vuelven a Sudamérica?
Primero, es un placer tocar en Sudamérica. Hace poco pasamos por México y es tremendo ver a tanta gente cantando, las letras en alemán y todo, fue muy loco. Así que siempre es un agrado, hemos estado en Chile así que sabemos que será muy bueno.
¿Recuerdas la vez pasada acá en Santiago, en 2010?
Mira, para ser sincero, recordar ciertas cosas se hace más difícil a medida que te haces más viejo, a veces no recuerdo ni lo que hice ayer, así que no podría decir mucho al respecto (risas), pero sé que estuvo muy bueno.
Cuéntanos del momento que está viviendo Rammstein. Esta temporada han vuelto a juntar fuerzas después de un pequeño tiempo fuera en que se dedicaron a proyectos aparte, ¿cómo describirías lo que está pasando ahora con la banda?
Vamos muy bien en realidad. Hemos estado creando cosas nuevas para los shows en vivo, hemos tenido buenas experiencias en festivales recientes y ahora estaremos por Sudamérica, con fechas en Chile, Argentina y Brasil. Y en este tiempo también, aparte de estar tocando en vivo, hemos estado escribiendo nuevo material, que puede ser para un nuevo disco o quizás no. No estamos muy seguros de eso. Es un momento cool, porque pueden salir varias cosas, en lo personal estoy feliz de haber vuelto a hacer música juntos.
Eso es interesante, porque desde 2009 no sale un disco de estudio de Rammstein, los últimos lanzamientos han sido en vivo. ¿Se puede adelantar algo de lo que han estado escribiendo?
Nos juntamos en septiembre pasado, después de varios años. Habíamos estado ocupados, yo con mi otra banda Emigrate y Till (Lindemann, vocalista) también estaba con su proyecto solista. Nos acercamos de nuevo y nos sentimos algo preparados para hacer algo en estudio, pero sin poner ninguna presión, sin fijarse un disco algo así. Lo tomamos con calma, como ir un día a un sauna y pasar el día ahí. Así que quién sabe. A estas alturas, no sé lo que saldrá. Si decidimos hacer otro álbum, o un EP, o nada, en realidad no es lo que más nos preocupa. Queremos que nos guste el material, ante todo. Y creo que es un privilegio poder seguir girando sin ningún disco nuevo. Esperamos tener algo que nos convenza, pero no nos ponemos presión. No estamos desesperados. Creo que es primera vez en nuestra carrera que estamos así.
Ya tienen más de 20 años de recorrido, ¿cómo crees que ha cambiado el grupo en todo este tiempo?
Bien, hemos aprendido cosas. Al principio éramos muy “puros”, ingenuos e infantiles, en el buen sentido de la palabra. Seguimos teniendo un poco de eso, pero crecimos teniendo mucho respeto entre nosotros. Con todo lo que hemos pasado, a todos nos han dado ganas de irnos en algún momento, pero al final entendimos que hemos creado algo más grande que nuestro ego y que nosotros mismos. Todos estamos agradecidos, sobre todo de venir de Alemania, de cantar en alemán y tener éxito en el mundo, eso no es normal. Las cosas han cambiado en nuestras vidas, pero sigue habiendo el mismo respeto de siempre entre nosotros. Dice mucho el hecho de que siempre hemos mantenido la misma formación. Y queremos seguir así.
Tal vez el gran fuerte de Rammstein es su show en vivo. ¿Se les hace difícil siempre estar creando cosas para impactar al público?
Es algo que al principio se nos hacía necesario. Porque no nos tocaban en la radio, teníamos problemas con lo que eran nuestros videos en lo que era MTV en esos años… así que decidimos gastar todo nuestro dinero y esfuerzos en nuestro show. Era la única manera que teníamos de convencer al público. Ahora han cambiado las cosas y hay una cierta presión de que siempre tenemos que responder a esa reputación que nos forjamos. A nosotros nos encanta, todo eso del fuego, las luces, los disfraces… el rock es también harto show, entretenimiento, para la gente y para uno mismo. Ya se volvió una parte de nosotros y seguimos haciéndolo.
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