El día después… están los que lavan heridas y los que se atreven a celebrar en un panorama político bastante impredecible. Con un padrón electoral que señala más de un 60% de abstención, el clima social del país es más que incierto.
Una ciudadanía alejada que pareciera creer que el mejor castigo es la apatía, cuando lo que corresponde es –precisamente- lo contrario, castigar como se merecen al corrupto o al éticamente impresentable. Las elecciones municipales nos dejan una sensación amarga. Y no lo decimos por los triunfos aparentes de unos por sobre otros. Sino por comprobar el hecho fehaciente de que existe un número importante de chilenos que creen que votar es sólo un derecho y no un deber clave con el desarrollo de su sociedad…