Ya comenzó la Mobile World Congress de Barcelona, el encuentro de tecnología y periféricos más importante del mundo. Y una de sus novedades más esperadas tenía que ver con la nueva versión del Nokia 3310, el clásico celular «ladrillo» que tenía una batería eterna, era indestructible y marcó la revolución de la telefonía móvil a comienzos del siglo XXI.
Literalmente, será un retorno al pasado. Porque el teléfono sólo tiene conectividad 2G, es decir, solo puede hacer y recibir llamadas, además de usar mensajería de texto y poder cargar páginas web livianas y sin tantas imágenes. No se podrán usar aplicaciones como Whatsapp, pero sí tendrá precargado Facebook Messenger, aunque ni siquiera podrá conectarse a alguna red de WI-FI. Sí podrá hacerlo a través de Bluetooth.
Además, el teléfono no soporta aplicaciones, aunque sí tiene dos entradas SIM para poder tener dos «números» en el mismo aparato. Tiene un teclado físico de 12 teclas, una limitada cámara de 2 megapíxeles con flash y una nueva versión del clásico «snake».
También podrá reproducir mp3, ya que tiene lector de tarjetas MicroSD, y tiene Radio FM. También tiene baterías y carcasas intercambiables, para darle color y duración al equipo, unas 22 horas de duración en conversación y hasta 31 días de autonomía en espera. De todas formas, y como gran decepción, ya no es indestructible.
Costará 49 euros, unos 35 mil pesos chilenos.