Contra la historia… así saldremos en un par de horas a la cancha de River, al Monumental de Núñez, a tratar de derribar la historia, esa que dice que jamás le hemos ganado en su tierra al equipo argentino, que las jornadas han sido de jugar como nunca y perder como siempre salvo, claro, esos empates que se recuerdan como caminatas espaciales en un universo deportivo paralelo.
Pero las cosas han cambiado y lo sabemos y ellos también lo saben. La historia es una cosa y la historia reciente es otra. La historia reciente envuelta en circunstancia está de nuestro lado. Dos finales ganadas al hilo, la renuncia con elástico de su máximo referente por esta humillación, el terror de los puntos que flaquean a estas alturas de las eliminatorias, tienen nerviosos a los argentinos. Pero, también, envalentonados a los chilenos en una actitud de soberbia que nunca nos ha sido buena consejera.
Acá siempre hay salir con respeto por el rival poderoso pero con la confianza en una generación de chilenos que ya no se contentan con triunfos morales, con terceros lugares, con los casi-casi tan atávicos de nuestro deporte… Será un partido apretado… Emociones fuertes en este juego de cancha y pelota tan extraño y potente que nos hace sentirnos bajo una misma bandera y un mismo sueño…