Por Jorge I. Lagás
Por partida doble llegará Opeth a nuestro país en su próxima pasada: primero un show de gala en el Teatro Nescafé de las Artes, el miércoles 5 de abril, recientemente anunciado; y otro al día siguiente, jueves 6, en el Teatro Caupolicán, que fue el primero en confirmarse. Como la ocasión lo amerita, llamamos antes Mikael Akerfeldt, vocalista, líder, compositor y cerebro de la banda sueca que ha maravillado al mundo con su evolución desde el death metal hasta el progresivo, teniendo como última entrega el disco “Sorceress” de 2016. Esto nos contó:
Mikael, un gustazo. ¿Cómo te sientes de volver a este país que te quiere como a un hijo?
Se siente bien, qué puedo decir. Siempre hemos tenido buenos shows en Santiago, ahora haremos dos. Tenemos algunos de los mejores recuerdos vividos ahí, especialmente de la última vez, fue magnífico. En términos de asistencia, es de las más grandes que hemos tenido. El único problema es que siempre vamos con agenda muy apretada, alcanzamos a llegar, tocar e irnos, así que no vemos más que el hotel y el teatro, pero de todos modos nos gusta volver.
¿A estas alturas Sudamérica ya es como su segundo hogar?
Sí, así parece. No quiero poner a ningún país por sobre otro, pero en Sudamérica pasa que todavía es como un mercado virgen para nosotros, en el sentido que no hemos ido muchas veces, habrán sido unas cinco ocasiones, creo. Comparado con lo que hemos tocado en Europa, todavía es poco. Y hay mucho por descubrir. Lo importante es que nos sentimos muy bien tratados por los fans.
El segundo show es en un recinto diferente, para una audiencia más reducida, un ambiente más íntimo, ¿podemos esperar un repertorio muy distinto al de los shows normales? ¿Se puede adelantar lo que presentarán?
Sí, vamos a tener que ensayar un poco más antes de ir, porque supe recién hoy que daremos ese otro show (risas), así que no hemos discutido qué vamos a tocar. Pero cuando tenemos dos conciertos seguidos en una misma ciudad siempre cambiamos el setlist de una noche a otra. Por supuesto queremos ofrecer algo diferente, para que valga la pena para los que quieren ir a los dos recitales. Serán repertorios similares, pero diferentes.
¿Dirías que ese segundo concierto es más para fanáticos “duros”?
No, diría que no. Porque no sé lo que quieran escuchar esos fanáticos. Asumo que te refieres a los que quieren oír cosas más desconocidas, o más antiguas, pero es difícil saberlo, eso cambia de una persona a otra. De todo el público, hay una porción que quiere material antiguo, otra porción que quiere material nuevo, y otra que está en el medio. Tratamos de dejar a todos contentos, así trabajamos, tratando de cubrir la mayor cantidad de discos dentro del repertorio. Es difícil, porque habría que preguntarle a cada uno lo que quiere.
Esta vez traen su nuevo disco “Sorceress”, ¿cómo te sientes con él y cuál crees que es su principal diferencia con “Pale communion”, el anterior?
“Pale communion” fue muy progresivo. Diría que “Sorceress” es menos progresivo, pero en realidad es menos técnico, aunque sigue habiendo partes difíciles de tocar. Es más enfocado en las melodías vocales, más centrado en el formato tradicional de canciones, más hard rock/heavy metal… menos progresivo, en el fondo, más hard rock.
¿Más centrado en las emociones, quizás?
Las emociones están presentes en todo lo que hago. Para mí, de eso se trata la música. Todas las canciones, hasta las más heavys, se tratan de emociones. Cada vez que hago una canción trato de invocar una o más emociones. Como te decía, creo que lo que pasa con este nuevo material es que es más directo, más fácil de seguir y de cantar.
En ese sentido, pasa algo curioso, parece que todos quieren saber sobre la evolución que han tenido, tú sabes, por qué ya no tocan death metal, por qué ya no cantas gutural… y a fin de cuentas es tan simple como que estás siguiendo tus emociones. ¿Crees que es tan simple como eso y el resto se está complicando demasiado?
Sí, es tan simple como eso en cierto sentido, pero hay una gran diferencia entre lo que hacemos al escribir canciones, donde volcamos lo que queremos hacer ahora… y lo que es tocar en vivo, donde más de la mitad de lo que tocamos, casi el setenta por ciento, es muy pesado y con voces gritadas y todo. Cuando toquemos en Santiago en abril, habrá mucho de eso. Y en estudio… bueno, esas voces death metal están conectadas con mi juventud y la verdad es que ya no escucho ese tipo de música, así que sería muy desubicado seguir haciendo esas voces a la hora de grabar, sólo por el hecho de que las hicimos en el pasado. Entonces, en estudio buscamos cosas nuevas y dejamos algunas atrás, pero en vivo incluimos todo, y hay una fuerte presencia de ese pasado más ligado al metal extremo.
¿Tiene algo que ver con la edad? A medida que uno se pone más viejo se van produciendo esos cambios.
Sí, tiene mucho que ver. Como te decía, el death metal, para mí, está conectado a mi juventud. Es música que necesita cierta juventud mental. Yo ya no soy joven, no tengo 16 años, que es lo que tenía cuando comencé a gritar. Cambié, ya no consumo ese material y lo que pasa es que me siento naturalmente inspirado por lo que voy escuchando, así que si no escucho death metal, es difícil que me sienta inspirado por el death metal. Todavía sigo amando la música heavy, pero en cuanto a cantar, estoy más interesado en desarrollar algo más nuevo. Es algo que se da, un día uno se levanta con la idea de hacer algo o no hacer algo en una canción, y ya está. Pero si revisas nuestra carrera, fue algo gradual, cada vez fue habiendo más voces limpias. Puede que esto siga cambiando en el futuro, dependerá de cómo nos vayamos sintiendo.
Las entradas para ver a Opeth están a la venta en este enlace de Ticketek y puntos habilitados. Para el concierto del jueves 6 de abril en el Caupolicán, están a la venta de manera normal. Para el del miércoles 5 en el Nescafé, están en preventa con 15% de descuento exclusivamente para los que ya tienen su ticket comprado para el otro show (el del Caupolicán). Eso dura hasta el lunes 6 de marzo, el martes 7 empieza la venta general.