No me gusta Sebastián Piñera… en verdad, te lo digo de frente, no me gustaría que Piñera fuera nuevamente Presidente del Chile que estamos construyendo. No es porque piense distinto a mí, no es sólo porque vea en él un adversario político o alguien de otro bando. Lo digo, como ciudadano, porque no sería buena señal luego de todos los avances que hemos tenido desde los Casos Penta y SQM, que perdonáramos éticamente a un sujeto que ya fue sancionado por la Superintendencia de Valores y Seguros por usar información privilegiada en la Bolsa, por su pasado financiero en donde luce el Banco de Talca como muestra de su astucia empresarial, por la compra de acciones de una importante pesquera peruana en pleno litigo en La Haya con el país vecino cuando él era Presidente y su hijo director de su empresa y –ahora se sabe- su orden de paralizar Barrancones cuando también estaba en La Moneda porque su empresa familiar tenía intereses en la zona.
No me gustaría que Sebastián Piñera fuera nuevamente Presidente porque sería un retroceso en lo avanzado, en la lucha por la transparencia y el fin de la relación pornográfica entre el dinero y el poder que tiene tan a mal traer a la política del país. La derecha chilena tiene que encontrar su senda democrática mancillada por el aporte de un sector a la dictadura y hay una generación que lo está haciendo. No se entiende la historia del país sin la mirada de aquellos que han puesto ahínco en el emprendimiento y en las libertades individuales. En empresarios visionarios, luchadores y honestos que no corrompen o se coluden. Y nombres hay para representarlos. Por eso, no me gusta el de Sebastián Piñera. No se lo merece la propia derecha democrática ni menos una Nación que intenta volver a creer en sus instituciones…