Editorial de Freddy Stock, viernes 10 de marzo.

Un oxímoron… La literatura define al oxímoron como una figura literaria que consiste en combinar dos expresiones de significado opuesto en una misma estructura, con el objetivo de generar un tercer concepto con un nuevo sentido. Generalmente, esta contradicción tiene un sentido poético, metafórico. Como la oscuridad que alumbra, el frío que derrite, la tristeza que te hace reír. Claro, en las manos de un artista el oxímoron abre horizontes pero en el cálculo político puede producir ciertos escalofríos. Como el oxímoron moral que plantea la senadora Jacqueline Van Rysselberghe al visitar por más de una hora a los detenidos en Punta Peuco.

La presidenta de la UDI se mostró sensibilizada por el estado de salud de internos que pagan sus penas por graves delitos contra los derechos humanos en la dictadura que su partido defendió y defiende.

“Creemos que de verdad esta situación amerita un análisis en relación a la falta de humanidad con la se está tratando a todos ellos (…) –dijo Van Rysselberghe- Son personas que se van a morir a corto plazo”. Añadiendo que, “No es razonable que tengan que morir en la cárcel, esto ya empieza a constituir un castigo para las familias”.

Y asegura la líder de la UDI que recurrirán a la Comisión Internacional de DDHH para solicitarle que mande a alguna persona a que venga a ver esta situación en que se encuentran sujetos que –precisamente- violaron, torturaron y asesinaron amparados en el Estado. Vaya oxímoron de la señora Van Rysselberghe que deja perplejo. Vaya luz que pretende enceguecer a la justicia… 


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