Las ciudades que estamos construyendo… entre los temas de fondo del Chile que estamos forjando, hay uno que no pareciera estar en las prioridades y aquel es el debate sobre el ordenamiento de nuestras ciudades, de los barrios, de nuestra convivencia expresada en nuestra disposición urbanística. Santiago, por ejemplo, ha sido descrita por expertos como una de las mejores ciudades para vivir pero también una donde la segregación es notoria entre las pocas comunas que dominan el sector oriente con el resto. En unas florecen los parques públicos, las farmacias, malls, cines, universidades, planos reguladores controlados por vecinos atentos. En la mayoría de las otras, sitios baldíos o enajenados, canchas de tierra y un desorden total que pone al ser humano en un plano inferior al imperio del mercado.
Esta reflexión nace de una fotografía. Una publicada por el Intendente de Santiago, Claudio Orrego, en su cuenta de Twitter cuya brutalidad cuesta describir en palabras. Es un complejo de edificios de departamentos en Estación Central, muros gigantescos de cemento donde las ventanas de miles de departamentos se enfrentan a otros como en una visión apocalíptica del futuro, tipo Blade Runner, cuando el individualismo le gana al sueño gregario y la convivencia cae muerta ante la sospecha y la violencia. Los edificios monstruosos de Estación Central podrían ser ejemplo de este Chile que no queremos, uno sin planos reguladores, hambriento de mercado y con total desprecio al Ser Humano cuando éste no presenta un gran poder adquisitivo…