Pasar la máquina… es una frase común en la jerga política esa de “pasar la máquina”, de arrasar con la fuerza, de macuquear en las sombras, de armarlo todo en la cocina, entre los que la llevan. Fernando Atria y José Miguel Insulza cayeron víctimas de la máquina que encendió motores este fin de semana en el Partido Socialista.
En la colectividad del hacha afilada se discutió sobre la manera en que se elegiría a su candidato presidencial y el Comité Central decidió desechar una consulta ciudadana para inclinarse por ser ellos quienes tomen tan importante determinación. O sea, si usted quiere, el Comité Central del PS pasó máquina.
Ofuscado por una medida que consideraron antidemocrática, a espaldas de los militantes de base, los únicos dos precandidatos del partido, Atria e Insulza, anunciaron su negativa a seguir en carrera presidencial lo que obligará, entonces, a que sea Alejandro Guillier o Ricardo Lagos el nombre a definir por la cúpula socialista.
El presidente electo del PS, Álvaro Elizalde, destacó que la decisión fue tomada «democráticamente» e hizo un llamado a la unidad, para apoyar al eventual candidato de la colectividad. Pero Fernando Atria ya señaló que perfectamente podría apoyar a un candidato que no perteneciera el conglomerado, lea usted del Frente Amplio que tiene a Beatriz Sánchez como principal carta.
Cosas de la política, trifulca en el partido que ha tenido tres presidencias en los últimos 20 años pero que ahora desecha la opción en aras de una modalidad de maquinarias que se leen mal en el Chile de hoy…