Al igual que ciento de parejas en todo el mundo, Abigail Brown tuvo una discusión con su novio James Brum, mientras ambos se encontraban de vacaciones en Phuket, Tailandia. Sin embargo, las cosas se salieron de control y la joven británica de 26 años falleció.
Abi, como la llamaban sus cercanos, volvió al departamento que había rentado con su pareja, por «una rabieta», que la llevó a querer asustar a su novio para que él entendiera lo triste que estaba, relató su madre Jane Rowland a Daily Mail.
James volvió tres horas después de la discusión a la vivienda, encontrando a la mujer inconsciente, por lo que llamó a emergencias. Desafortunadamente, fue demasiado tarde y el hombre tuvo que comunicarle a los familiares de su pareja que ella había fallecido.
Aparentemente, Abi creyó que su novio la seguiría inmediatamente hasta el departamento y al verla se asustaría, la rescataría y volverían a estar bien.
Y aunque el hecho ocurrió el pasado 7 de enero, no fue hasta ahora que la investigación judicial reveló que la joven que apareció ahorcada no pretendía suicidarse, sino que simplemente quería llamar la atención de su pareja.
Todos los testigos del juicio apuntaron que Abigail estaba física y mentalmente saludable, por lo que nunca se quitaría la vida ni lo había intentado antes. Asimismo, la familia de la mujer jamás culpó a James de lo ocurrido.
«James y Abi eran una pareja de enamorados que iban a casarse y tener cuatro hijos. Tenían todo un futuro planeado. Sólo puedo llegar a la conclusión de que esa noche ella había bebido demasiado, estaba molesta y sólo tenía la intención de hacer que James fuera consciente de lo mal que se sentía», declaró la madre de la chica.
Sin embargo, Jane lamenta que la pareja de su hija no la siguiera aquella fatídica noche, como Abi creyó que ocurriría.
«No hay nadie a quien culpar por este momento de locura, pero hay una lección que aprender. Cuando los jóvenes viajan a estos lugares interesantes, con alcohol barato y no reglamentado, necesitan mirarse el uno al otro y siempre mantenerse a salvo», concluyó la apenada mujer.