Editorial de Freddy Stock, viernes 05 de mayo.

Un lindo deporte, mancillado… así está el fútbol, así pareciera haber sido siempre. Un deporte de masas, hermoso, atractivo y convocante cuyo poder siempre ha estado bajo el imperio de las mafias. Libros de investigación al respecto hay de sobra y la reciente detención de varios capos de la FIFA, incluyendo al chileno Sergio Jadue, no hace sino demostrar que la turbiedad no se ha aclarado.

Ahora, ante el estupor de la opinión pública mundial, es decir para la que le importa el futbol que es la gran mayoría, la FIFA decidió levantarle el castigo de cuatro fechas a Lionel Messi por haber insultado a un árbitro en el duelo frente a Chile. Lo perdonó en un castigo que no tuvieron, por ejemplo, jugadores de la Roja, Eduardo Vargas, Jorge Valdivia y Gary Medel. Pero la justicia acá tampoco es  ciega y la FIFA pareciera seguir siendo dominada por intereses que no están sólo sobre el césped de una cancha de fútbol.  El estupor recorre la propia prensa trasandina quizás cansada de ganar bajo el amparo de la trampa.  “Con Messi sancionado y la clasificación de la Argentina en riesgo, -dice el diario argentino La Nación- también a la FIFA puede hacerle cosquillas el peligro de que la cara mundial de Adidas, uno de sus principales sponsors, se quede fuera del Mundial”… así de simple. Porque en este juego, y la historia está ahí, las estanterías de varios países están llenas de copas, trampa y oscuridad…


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