Siempre se ha dicho que Disney se basó en sórdidas historias para hacer sus películas más icónicas. Un ejemplo es la adaptación libre que hizo en 1940 de la obra literaria «Pinocho», del escritor italiano Carlo Collodi.
La historia original es mucho más oscura y siniestra al cuento conocido universalmente y tiene detalles perturbadores que la compañía también decidió suprimir en la cinta animada. En esta, Pinocho es un muñeco de madera que cobra vida y cuyo mayor deseo es convertirse en un niño de carne y hueso, lo que lo lleva a cometer varias mentiras y faltas.
Pero en la primera versión, Pinocho es mucho más que un niño-marioneta desobediente. Es malcriado, pero también malvado. Así como en el cuento que todos conocen, Pepe Grillo es la voz de la razón del muñeco, quien trata de hacerle entender que debe dejar de comportarse de manera rebelde y regresar junto a su padre Gepetto.
Solo que aquí, Pinocho no solo no escucha al pequeño grillo, sino que decide acallarlo de manera brutal y despiadada. En la obra original, el muñeco toma un martillo y golpea sin reparo a su amigo, hasta matarlo, según nos recuerdan en el sitio Vix.
Cualquiera pensaría que eso sería suficiente para que el niño de madera reflexionara lo suficiente, pero no es así. Pinocho ni siquiera siente un ápice de remordimiento por la muerte de Pepe Grillo y trata de distorsionar la situación procurando convencer a Gepetto que fue responsabilidad del simpático personaje.
Sin los consejos de Pepe Grillo, Pinocho se adentra en una especie de vórtices de problemas y conflictos que parecen no tener final. Incluso, en esta primera versión, que fue publicada originalmente entre 1882 y 1883, el niño de madera es ahorcado por sus innumerables faltas, lo que posteriormente fue cambiado por un final que se asemeja más el cuento que luego se adaptó al cine.