Justicia divina…
55 años atrás, el 10 de junio de 1962, Chile jugaba con la ex Unión Soviética por los cuartos de final del Mundial de Fútbol que se hacía en casa. El marcador estaba en blanco cuando se comete un claro penal en favor de Chile que el árbitro considera que fue falta fuera del área. De nada sirven los reclamos, la tecnología televisiva era de cartón piedra. Pero toma la pelota Leonel Sánchez y con un zurdazo imbatible pone las cosas en su lugar. Y ahí, eufórico, Julio Martínez inmortaliza una de las frases de bronce del fútbol chileno… justicia divina… Ganamos ante la adversidad de un mal cobro, de un error o de la mala intención. Como esta tarde, después de los palos llenos de infortunio, de los goles fallidos o del penal no cobrado en los estertores del partido. Pero ganamos nuevamente, con justicia divina, con la garra que parece venir desde algún misterio y nos obliga, otra vez, a celebrar después de esa ceremonia de tensión y agonía que son los lanzamientos penales.
Estamos en otra final con estos muchachos. Ahora sólo queda gozar momentos que se recordarán como una hazaña deportiva y una proeza de talento, pasión, lucha y camiseta…