¿Qué explicación tiene esto?… Según cuenta El Mercurio, el nuevo tren expreso a la localidad de Nos ha sufrido 80 apedreos en 90 días de servicio. El ferrocarril, que cumple una gran labor social para los habitantes del sur de Santiago, también ha enfrentado barricadas, robos de cables y luminarias, y se estima que las pérdidas superan los $285 millones.
Es una actitud de cavernícolas ante un servicio que ha superado todas las expectativas en tres meses de funcionamiento. Cada día moviliza 36 mil pasajeros y su demanda es creciente. Tanto así que la filial de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), Tren Central, ha debido generar períodos de «superpunta» para atender, con un tren cada seis minutos, una alta demanda de pasajeros.
Pero están estos apedreos criminales que se han producido incluso luego de barricadas con colchones en la vía férrea que obligan a que el tren se detenga. La violencia es un germen sin sentido, lo hablamos ayer con la fiscalizadora del Transantiago atacada por un sujeto que no quiso pagar su boleto. O el guardia del metro golpeado por una turba, o las peleas del fútbol o la virulencia en redes sociales de quienes insultan o injurian impunemente. En fin, es la violencia que nos habla de un camino que aún estamos a tiempo de vislumbrar para tomar otro rumbo…