Editorial de Freddy Stock, miércoles 21 e junio.
Objeción de conciencia… El aborto, la madre de todas las batallas valóricas, nos propone un debate interesante que se ha tomado la agenda legislativa en plena discusión de las tres causales. Y esa es la “objeción de conciencia” que podría argumentarse de parte de un facultativo para oponerse a su realización. Según cuenta La Tercera, los senadores de la DC están condicionando su apoyo a la ley de despenalización del aborto en tres causales a que se clarifique este punto. Patricio Walker sostuvo que, «los senadores de la DC -sin perjuicio de que hay distintas posturas respecto del proyecto aprobado por las respectivas comisiones- hemos acordado que efectivamente se tiene que consagrar la ‘objeción de conciencia’, no solo para los médicos, sino que también para el personal que trabaja con los médicos (…), salvo obviamente cuando hay peligro de la vida de la madre».
Incluso hay una mirada más conservadora al respecto –como la del rector de la UC-que ha llegado a proponer objeciones de conciencia institucionales, es decir, que clínicas completas se nieguen a interrumpir un embarazo de aprobarse la ley. Claro, como dice la palabra, las conciencias son individuales y en un caso médico como éste, debiera dejarse afuera de los recintos médicos pertenecientes al Estado. Y si un privado da permiso a su personal médico para no atender a alguien, también debiera exigírsele que tengo otro plantel de profesionales dispuestos a requerir las determinaciones de un paciente. Porque, en este caso médico, la objeción ética o religiosa afecta directamente a otra persona…