A veces sí, a veces no… Dicen que los matones se atreven sólo con los pequeños, que ahí muestran sus virtudes físicas o sus virilidades a toda prueba pero que cuando el rival es tanto o más grande que ellos, los matones adquieren esa sumisión que les permite dar nuevas batallas.
En el plano internacional, la máxima de los patios pareciera ser la misma, soberbios con los países chicos pero cautelosos con los grandes, los mejor equipados o con las economías más jugosas. Hoy murió Liu Xiaobo, Premio Nobel de la Paz que pasó sus últimos días privado de libertad por pedir mayores derechos y democracia en su país, China. Tenía 61 años y debido a su cáncer terminal al hígado, pudo encontrar la muerte en su casa pero no se le permitió salir del país. Le prohibieron dejar China de la misma forma en que en 2010 tampoco pudo asistir a la ceremonia del Nobel, galardón que se le entregó por «su larga y pacífica lucha por los derechos fundamentales en China».
Las voces a su favor siempre fueron tenues. Distintas a las que se levantan cuando se considera que en otros países se están violando los derechos humanos. Porque acá el código es distinto. Porque acá, el rival que se tiene al frente, en el patio, es muy grande…