La era de las noticias falsas… Así se titulaba una nota del diario La Tercera cuando en diciembre pasado hablaba de los reportajes ficticios que inundaban internet focalizándose en la última campaña presidencial de Estados Unidos. Se rescataban las palabras del autor del libro “Totalmente Conectados”, Andrew Smith, quien decía que la facilidad con la que se propagan las noticias falsas encaja en la era de la “posverdad”. Este término –decía La Tercera- fue elegido por el diccionario de Oxford como la palabra de 2016 y es un adjetivo que describe la situación en que “los hechos objetivos son menos influyentes en la conformación de la opinión pública que los que apelan a emociones y creencias personales”.
Entre mentiras y posverdades, el propio diario se vio obligado a desmentir hoy la autenticidad de una serie de entrevistas que publicaron de su corresponsal en España, la chilena Ximena Marín Lezaeta, entre ellas, a los ex Presidentes de España y Colombia, José Rodríguez Zapatero y Alvaro Uribe. Unido a esto, se conoció la mitomanía de otro personaje que ganó presencia en varios programas y perfiles en medios, llamado Pablo Oporto. Oporto, de singular bigote, ganó fama contando que había matado a balazos a 12 delincuentes para proteger a su familia y con ese antecedente falso fue uno de los invitados a ChileVisión para enfrentar a la candidata presidencial Beatriz Sánchez.
En esta era de las comunicaciones instantáneas, del imperio de las redes y su posverdad, la verdad clásica, la positiva y objetiva, parece algo de cristal, algo delicado que hay que saber cuidar y valorar. Y aquí, el rol de la prensa y sus profesionales se hace urgentemente necesario…