A veces pensamos que sólo en Chile nadie es profeta en su tierra, pero este fenómeno se repite en diversas partes del mundo, incluso en países con menos población que el nuestro y que tienen una de las bandas de rock más populares y exitosas de la historia del rock mundial: Irlanda y, obviamente, U2.
La banda liderada por Bono es un boom en cuanto a ventas de entradas, de eso no hay duda. Para su show programado en Chile el 14 de octubre ya hay más de 40 mil entradas vendidas y, viajando a su tierra natal, podemos ver que el próximo espectáculo que darán en el estadio de Croke Park (casi 74 personas de capacidad) ya está agotado, pero aun así, la agrupación no tiene estatuas, calles ni murales en su honor en las calles de Dublín, es más, lo único por el estilo es un graffiti con la leyenda “Bono es una ETS”. La pregunta es clara: ¿por qué pasa esto?
El periodista de The Guardian, Dean Van Nguyen, explica este caso gracias a unas encuestas que realizó en un pub dublinés llamado Grogans donde todos expresaron distintas opiniones sobre la banda, pero ninguna relacionada a lo musical.
“Creo que es un gran logro para Bono. Él hace tanto para la caridad y lo más pobres, y aún así la gente lo odia”; “No nos gusta porque lo hicieron bien. No son The Dubliners, The Pogues o incluso The Cranberries -todos ellos no fueron tan grandes- pero a U2 le fue muy bien” o “Realmente no me gusta. Tal vez sea porque es poco hipócrita. Podría ser las gafas también; él nunca se las quita”, fueron algunas respuestas de la gente.
Según Van Nguyen, hay un fenómeno que pasa en Irlanda que hace que estén predispuestos a sentir envidia o resentimiento hacia las personas que alcanzan éxito y que esa sería la razón de que no quieran tanto a U2. En esto se apoya con el libro biográfico de Bono The Frontman: Bono (In the name of power) de Harry Browne, quien afirma que “hay cierto orgullo en estar en la posición de tomar este gran objeto y minimizarlo, lo que creo es un fenómeno muy irlandés post-colonial”.
A esto, el periodista le suma el apoyo de U2 hacia el Gobierno británico y al título de “caballero” que posee Bono, y los impuestos que la agrupación paga. Esto último porque en 2006 los irlandeses trasladaron sus negocios a los Países Bajos, en donde los artistas tienen un pago de impuestos más bajos que en otras partes del mundo. Aquello fue sentido como un golpe por parte de los habitantes de la tierra de los duendes cuando atravesaron una fuerte crisis financiera en 2008.
Según Brid Smith, parte del movimiento As People Before Profit, “Bono es visto como parte de aquel cohorte de gente muy adinerada que evita pagar impuestos en este país, pero disfruta los frutos de estar en este país”, a lo que añade que “hay una gran cantidad de personas que ve a U2, y a Bono en particular, como hipócritas, porque su convenio de impuestos son deliberadamente estructurados -y no dice nada respecto a esto- de tal manera que no pagan tantos impuestos”.
Por su parte, U2 ha desmentido estas versiones diciendo “sólo es gente inteligente que trabaja para nosotros, tratando de ser sensibles en la forma en que pagamos impuestos” dijo Bono a Sky News en 2015, sumando que “nosotros pagamos una fortuna en impuestos, una fortuna, sólo para que la gente sepa, y estamos felices de pagar una fortuna en impuestos”.