Por Jorge I. Lagás
El 18 de agosto saldrá en todo el mundo el nuevo álbum de Steven Wilson, “To the bone”, el que ha venido precedido de algunos llamativos singles y por la expectativa que ha despertado el propio músico, al anunciar que es un trabajo inspirado principalmente en el pop progresivo con el que creció en los 70 y 80. Nos comunicamos con Wilson para saber más detalles y esto nos hizo saber:
Steven, por supuesto lo primero que llama la atención es esta declaración previa de que el disco “tiene una sensibilidad pop más grande que nunca”, y más aún como suenan algunos adelantos. ¿Cómo ha sido ese proceso de incorporar esto a tu música?
Todo esto parte de las ganas de hacer algo diferente, un sentido de la evolución, tal como he hecho antes. Pero más allá de eso, una de las cosas que me dio la clave para los cimientos de este álbum fue la pérdida de David Bowie y de Prince. Cuando murieron, al igual que mucha gente, una de las primeras cosas que hice fue volcarme a escuchar su tremendo catálogo. Pasé todo el último año escuchando mucho David Bowie y mucho Prince.
Ahí partió la inspiración, ¿qué vino después?
Una de las muchas cosas que amo de artistas como estos, así como de Peter Gabriel, Kate Bush y ese tipo de nombres, es que la música es muy accesible y fácil de disfrutar. Pero si quieres, puedes ir más profundo y encontrar una gran producción, gran desempeño musical, letras interesantes… entonces esos discos funcionan en dos niveles: como un material pop muy enganchador, pero también como una pieza sofisticada, inteligente y ambiciosa. Quise hacer un álbum que funcionara así: accesible y ambicioso.
¿Venías hace tiempo con esta idea o fue algo más reciente?
Crecí escuchando música pop, mis padres escuchaban harto de eso: ABBA, Bee Gees, Carpenters, Donna Summer… en la misma casa, además, se escuchaban álbumes de rock conceptual. Todo ese ambiente me hizo amar la buena música, en esos dos sentidos, pop comercial y lo más intelectual.
¿Eso te ayudó a difuminar la supuesta barrera que hay entre esos dos terrenos?
Sí, sé que hay gente que considera todas esas divisiones como “esto es rock”, “esto es pop”, “esto es otra cosa”, y entiendo que lo hagan, pero bueno, yo tengo el mismo respeto por una gran canción pop, que por el rock serio, intelectual y conceptual.
En el disco trabajaste con Andy Partridge, de XTC, ¿qué tal fue tenerlo colaborando?
Andy escribió la letra de la canción que da título al álbum. Fue una elección natural, es uno de mis escritores favoritos, así que fue un gran privilegio y honor tenerlo colaborando. Se lo tomó muy en serio y fue muy profesional, pasó un buen tiempo trabajando en esto, me llamaba a cada rato para conversar los detalles. Lo pasó bien y para mí siempre será bueno tener de mi lado a uno de mis héroes.
En cuanto a las letras, en este disco abordas temas muy contingentes como este cuestionable concepto de “posverdad”, o el uso que le damos a la tecnología, ¿cómo trabajaste esos temas?
Tal como otros compositores, para mí es natural inspirarme en el mundo que me rodea. Y en el mundo de la música pop más mainstream se suele ignorar lo que está pasando en el mundo. Por mi parte creo que estos temas se pueden reflejar tanto en el rock como en el pop. A veces se nos olvida que el rock y el pop vienen de una tradición contestataria: son expresiones de rabia, de rebelión. El folk, la canción de protesta, el hip hop, el punk, todo eso también. Así que para mí, se puede reflejar el mundo y sus problemas a través de muchas formas de música. Acá en Europa, hay una serie de crisis, de ataques terroristas, de refugiados, de economías… también está Donald Trump al otro lado. Hubiera sido muy raro no abordar todo eso en lo que estoy haciendo.
El sentimiento natural ante muchos de esos problemas es abatirse, tomar una visión pesimista. ¿Ser optimista es lo más difícil?
Creo que ahora hay un sentimiento de despertar. Durante un tiempo hubo gente que ignoró los problemas, pero ahora ya no los pueden seguir ignorando y están abriendo los ojos. Y eso corre también para los músicos, o artistas, o gente viviendo en este país o en Europa, o en cualquier parte. En Estados Unidos, cuando salió Trump, mucha gente entró en shock, porque a pesar de todo no lo vieron venir y se sorprendieron de que alguien así llegara a ser presidente. Creo que ya pasó esa etapa y la gente está despertando. Espero que pase en la música, en el cine, en la literatura y espero que en lo global. Y también espero que esto lleve a un futuro más positivo, donde se encaren los problemas y se avance.
Hace poco estuviste en Chile, filmando un video en el Desierto de Atacama, en la zona de los grandes observatorios. ¿Qué tipo de inspiración encuentras en esa verdadera ventana al universo?
Hasta ahora, en Latinoamérica y Chile había encontrado muy buena gente, me encanta la cultura y los paisajes, pero de esto último no había podido sacarle mucho provecho. Sólo había estado en Santiago. Así que ahora se dio la oportunidad de conocer otros paisajes, y ¡guau! Resultó increíble y me voló la mente. Me sentí muy afortunado. Y claro, grabamos cosas para un video de uno de mis futuros singles. Repito el concepto, fue increíble. Y me cambió la perspectiva del planeta Tierra. Una tremenda inspiración.
Lo que tus seguidores quieren saber: ¿Vas a volver a Chile en la gira de promoción de “To the bone”?
Oh, ¡seguro! No he visto la agenda completa, pero puedo adelantar que será en mayo de 2018. Definitivamente voy a volver a Chile, me encanta.
Estos son los adelantos que hay hasta ahora de «To the bone», incluyendo la «polémica» canción «Permanating», que según Wilson es «Electric Light Orchestra con ABBA» y ha generado todo un debate entre sus seguidores, porque justamente hizo lo que contaba en esta entrevista, darle rienda a su lado más pop. De todos modos, advirtió que ni siquiera se parece al resto del nuevo álbum, siendo un punto completamente aparte. Más abajo, los otros dos adelantos: