Corría el siglo XVI y los misioneros españoles en Chile necesitaban un vino para celebrar las misas. Su requisito fundamental era que se pudiese conservar por mucho tiempo sin perder sus características.
Es así como nace la cepa tinta “país”, caracterizada por su firmeza, consistencia y sabor frutoso. Durante siglos fue la cepa más cultivada y consumida en Chile.
Hoy se encuentra principalmente en el Maule donde supera los 100 años de edad.