Editorial de Freddy Stock, jueves 05 de octubre.
“Después de mí, el diluvio”… Pasó a la historia Luis XV con esta frase. Después de mí, el diluvio, el caos, el apocalipsis, el terror. Y, claro, el monarca francés presagiaba el estallido que terminaría años después con la monarquía y los privilegios palaciegos para instaurar a fuego y sangre, la revolución republicana.
No le fue bien a Luis XV, más bien a su sucesor. Porque en vez de elevar al terror como un muro contra los cambios sociales, debió haber tenido la sabiduría para canalizarlos. Y es que a los privilegiados les cuesta entregar terreno bajo conceptos tenebrosos como los de igualdad, libertad o fraternidad. Siglos después, y aquí en Chile, el terror sigue usándose como revólver político. Se enarbola cada vez que huele a transformación, reforma o cambio. Pero, en este juego de las pesadillas, el presidente de la Bolsa de Comercio de Santiago, Juan Andrés Camus, parece haber roto todo tipo de responsabilidad gremial con eso de que si no ganaba Sebastián Piñera las elecciones, “la probabilidad que tengamos un colapso en el precio de las acciones es alta».
Según el abogado de Ciudadano Inteligente y querellante del caso Cascadas, Mauricio Daza, en su afán de apoyar una campaña en la cual ya dio 13 millones de pesos, Juan Andrés Camus pudo haber vulnerado la Ley de Mercado de Valores. Ello porque, dijo Daza, “se trata finalmente de una información engañosa, poco transparente, confusa y uno podría señalar hasta falsa, que un agente del mercado le está entregando al mismo, lo que podría afectar la transparencia que la ley protege respecto del funcionamiento del mercado de valores de nuestro país”,
Veamos si la Superintendencia de Valores se pronuncia ante este vaticinio de colapso. Para no seguir temblando ante el diluvio bursátil, la catástrofe económica, que podría comenzar antes de fin de año…