Este año, Metallica giró por el mundo mostrando el aplaudido «Hardwired… To Self-Destruct» y relanzó en formato de lujo el clásico «Master Of Puppets» de 1986. Y en una entrevista con Clash, James Hetfield fue consultado respecto a cuántas concesiones tuvo que hacer la banda para instalarse con todo en la corriente masiva.
Y su respuesta llevó inevitablemente a reflexionar sobre el período de «Load» de 1996 y «Reload» de 1997: «Es interesante, porque nosotros creamos nuestro propio mainstream. Siempre habrá algún tipo de concesión con esto, especialmente cuando estás en una banda de cuatro personas. Tienes a 2 tipos llevando las riendas, Lars y yo, y cuando no estamos de acuerdo, hay que hacer concesiones. Pero en lo que respecta a hacer algo que no se siente correcto, estoy seguro de que hubo algunas ocasiones en que pasó. La era de ‘Load’ y ‘Reload’, para mí, fue una de esas ocasiones. La forma en que lo veíamos, no estaba 100% seguro de ella, pero ciertamente te puedo asegurar que fue una concesión. Pensaba ‘ok, cederé a la visión que tienen Lars y Kirk, la defienden con pasión, así que me sumaré porque si los cuatro nos embarcamos en esto, será bueno’. Así que hice lo mejor que pude, pero no nos dio lo que yo esperaba. En todo caso, no me arrepiento, porque en su momento se sentía que era lo correcto. Así que, si es necesario que ceda en beneficio de la integridad de la banda, siempre lo haré. Pero en lo que respecta a lo masivo, creo que hemos sido tan honestos y abiertos con esto de qué queremos y no queremos hacer. Es nuestra maldita fiesta. Están todos invitados. Sean parte de aceptar esta aventura, y sis e convierte en algo personal, y no te gusta, te puedes salir en cualquier momento, porque siempre habrá alguien que disfrutará del entusiasmo de nuestra creación, y siempre habrá un lugar para esa persona».
A propósito de la eterna acusación de los fans de la vieja escuela de que se vendieron después de «…And Justice For All» de 1988, Hetfield dice: «Metallica siempre ha odiado cualquier tipo de reglas o cualquier intento de categorías o de ponerlo en una caja. No nos gustan los límites ni las fronteras. Y creo que así está bien. El heavy metal tiene la impresión de que tiene algo de punk al decir ‘al diablo el mundo, lo hacemos de esta manera’, y eso está bien hasta que no encajas en esas formas. Cortarte el pelo o no usar una chaqueta de cuero, lo que sea. Hacer una balada, esas cosas nos fueron dejando aparte. Recuerdo que casi me metí en una pelea con un fan en San Francisco en el ’89 porque el disco recién había salido y habíamos hecho el video para ‘One’; el tipo me decía ‘vete al carajo, hiciste un video para MTV’. Sentí la necesidad de defendernos, pero pensando ‘¿por qué defender o justificar nuestro arte para ti? Nos decepciona que los fans se enojen con nosotros por ser artistas, tener que explicarnos al mundo».