Tony Iommi, la guitarra legendaria de Black Sabbath, habló en una charla en el Musician’s Institute de Hollywood sobre sus inicios en la música, de cómo se cortó la punta de sus dedos y el camino que siguió para armar Black Sabbath.
La historia sobre los dedos de Iommi ya es casi una leyenda del heavy metal, relató el incidente: «Yo trabajaba en una fábrica pasando cosas, y cuando cumplía mi turno, me iba de ahí. Un día, el tipo que tenía el turno siguiente nunca llegó y me tocó trabajar con una prensa industrial gigante, como una guillotina. No sé muy bien lo que pasó, en un momento debo haber dejado la mano apoyada ahí y la máquina la apretó. Bajó y me cortó la punta de los dedos. Logré sacarla antes de que avanzara. Pero mientras estaba sacando mi mano, me sacó más e los dedos, el hueso salía de la punta del dedo. Fui al hospital y me cortaron los huesos salidos, y me dijeron ‘olvídate de tocar guitarra’. Dios, estaba tan enojado. No podía aceptar que no iba a haber alguna forma de poder hacerlo, que no iba a poder seguir tocando».
Iommi pudo crear sus propias prótesis para las puntas de sus dedos, pero no le permitía poder rozar las cuerdas de la guitarra. Después de muchos intentos con puntas de plástico, finalmente se le ocurrió cortar una vieja chaqueta de cuero: «Funcionó, pero tuve que perseverar por mucho, mucho tiempo para acostumbrarme a trabajar con ellos. Fue doloroso. El primer show que tuve con una banda era solo yo con un baterista y un pianista, ambos 30 años mayores que yo. Fue en un pub y yo ni siquiera era lo suficientemente mayor para estar ahí».