Por Jorge I. Lagás
El fin de semana del 20 y 21 de enero se vivió la sexta edición del festival Rock Río Simpson, uno de los encuentros más interesantes dentro de la oferta de festivales de la época de verano. Emplazado en las afueras de Coyhaique, en el centro de eventos El Conejo, organizado por la Agrupación de Músicos Independientes de la Patagonia (AMIP), el evento apostó esta vez por dos días de música, con 17 bandas de diferentes puntos del país, la mayoría del mismo Coyhaique.
Breaddasknk, As de Oros (Punta Arenas), Déjate Skapar, Solteronas en Escabeche (Santiago), Par de Chocos, Mahindra Project, Dulcidio (Santiago), Oblicua Tara, Fuma & Baila (Valdivia), Lobos Marinos, Club Rucker (Santiago), Privaos Ché, La Banda del Comodoro (Iquique), Jano Letelier (Chillán), Rock al Sur, Jaruki y Tephiret (Valparaíso) fueron los encargados de animar las dos jornadas. A diferencia del año pasado, donde también estuvimos presentes, esta vez el clima acompañó y un radiante sol iluminó los días, potenciando uno de los grandes factores que hacen de este encuentro algo poco convencional: la naturaleza que rodea el encuentro y el lugar donde se realiza, a orillas del río Simpson y con el imponente cerro McKay de fondo.
Una escena gráfica que hace patente el hecho de que ir al Rock Río Simpson no es solamente ir a ver a grupos tocando, es todo un paseo al destino Aysén Patagonia con alternativas gastronómicas, de entretención y de contacto directo con esa naturaleza que solemos echar de menos los que vivimos en zonas demasiado urbanas y con más cemento que áreas verdes. Para eso el festival organizó una serie de actividades satélite, como conversatorios y tocatas en bares, que estiraron la llegada del festival durante toda esa semana. Y que de alguna manera apunta a ese modelo de festivales donde se toman diferentes espacios de la ciudad, como pueden ser a mayor escala el Rockódromo (Valparaíso) o el Fluvial (Valdivia).
Mientras el buen tiempo hizo que algunos entusiastas se lanzaran a las aguas del río (incluyendo al autor de estas líneas), las bandas sobre el escenario mostraron la música que se está haciendo en esa zona y en otros puntos de Chile. Grupos jóvenes, muchas veces con un talento sorprendente, que están peleándola por hacerse escuchar desde el fin del mundo. Cruzando diferentes estilos, desde rock crudo hasta influencias del reggae, el soul, la vanguardia, la electrónica, el rock de raíz, los lenguajes pueden ser varios pero el factor común es la energía espontánea y honesta que mostraron prácticamente todos en sus respectivos shows.
Es así como entre medio de las cervezas artesenales que amenizaban la cita, hablamos con algunos de los músicos protagonistas del evento para conocer su visión. El dúo puntarenense As de Oros, que la rompió con su propuesta cruda y directa, nos comentó: “El lugar es maravilloso, nos sentimos en casa, la producción está muy buena, así que el sentimiento es de felicidad absoluta”. El año pasado sacaron su disco ‘Bluescifer’, disponible desde su sitio www.asdeorosrock.com, y “tiene varias temáticas, muy sexuales, cosas medias tabú, harto de blues, rock, stoner, varias ramas que estamos haciendo ahora. El 2018 queremos volver a hacer un disco, estamos en eso. Es el plan más próximo. Estamos abriendo camino, a medida que salgan festivales como estos, vamos a ir. Somos de Magallanes, cuesta salir de ahí, pero en eso estamos”.
Chelo MC, el divertido vocalista de Déjate Skapar, apuntó: “Hace unos cuatro años vine de espectador, dije ‘qué lindo escenario’. Y estar aquí ahora es un placer. Para nosotros es importante, porque estamos acostumbrados a escuchar bandas regionales, pero encontrarse con nuevos ritmos es lo bueno, todos traen diferentes propuestas. Yo no conocía a Dulcidio, por ejemplo, los conocí ahora y los encontré muy buenos. Mostrarle cosas nuevas a la gente, no tan pegados a lo costumbrista, se recibe bacán”. Los pueden conocer más en su página de Facebook.
Gato Maureira, vocalista de Dulcidio, también nos dio algunos conceptos: “Esperábamos hace rato venir a la región, encontrarnos con este escenario natural fortalece el alma y hace que uno se sienta bien, dándole a la gente lo que hacemos: música que habían escuchado pero no habían visto en vivo. Si bien circulamos en Santiago, los músicos vienen casi todos de regiones, entonces venir a un lugar en la Patagonia, compartir con bandas de acá y de todo Chile, es una experiencia riquísima y ojalá no se pierda nunca esta iniciativa”. Dulcidio sacó su disco ‘Souvenir’ el año pasado, y según Gato “empezamos a promocionarlo ahora. Seguimos con shows desde marzo en adelante. Y nos vamos a México entre marzo y octubre”. Pueden escucharlos en su Facebook.
Mimo, bajista de Solteronas en Escabeche, nos comentó: “Lo primero es la importancia que tiene el festival para la región. Hemos estado hace poco en Iquique, ahora en Coyhaique, es importante que las cosas se vayan expandiendo. Esta es una muy buena instancia. Me impresiona la capacidad de la gente de acá para hacer sonar la música. Hay que estar atento a los festivales que se están abriendo a los diferentes lugares”. La banda comenzará a celebrar pronto sus 20 años, “a puro pulso, y nos vino muy bien esto de Coyhaique”. Este es el Facebook de Solteronas en Escabeche.
Tagore, vocalista de los valdivianos Fuma & Baila, se inspiró con las siguientes palabras: “El festival es magia pura (…) Estamos en un medio ambiente de la nueva cultura social. Que implica el actuar político, pero desde el punto de vista individual. Reunirse con el otro cooperativamente, sin un ideal disímil. Sino que es algo mucho más arriba que eso. Los ideales que nos separaban y hacían enfrentarse a otro, aquí se disuelven. Nos convertimos todos en una gran aldea humana y compartiendo lo que significa mirarse a los ojos, sentirse y disfrutar”. Fuma & Baila se apresta a lanzar su próximo disco, en abril prometieron tener show de lanzamiento en Santiago y otros lugares. Sus novedades en su Facebook.
Finalmente, Franco Martiniello, director del festival y dirigente de la AMIP, concluyó: “Lo importante es que el festival se comienza a ubicar como una alternativa de destino en la Patagonia y eso nos enorgullece. Y también nos sirve como tribuna para que nuestros músicos puedan tocar en otros lados, intercambiando con otras bandas”.
Acá algunas imágenes, gentileza de la producción: