Desde pequeña, Aurelia sufre trastornos psiquiátricos y, luego de varios tratamientos, se determinó que no tiene cura.
Aurelia Brouwers, de 29 años y de Deventer, Holanda, recibió una importante llamada el 31 de diciembre de 2017. Al contestar, le comunicaron que su solicitud de suicidio asistido había sido aprobada y le preguntaron si quería programarla de inmediato. «Les dije que sí y quedó para el 26 de enero», precisó.
La joven está diagnosticada con un trastorno límite de la personalidad, que consiste en un trastorno de estrés postraumático crónico, sumado a algunas adicciones. Sus síntomas se reflejan en pesadillas que se repiten cuando duerme, pero asegura que se siente mucho peor al despertar.
«Es como si tuviera pequeñas agujas en la cabeza y un martillo las golpeara cada segundo. Se trata de una lucha continua que se libra dentro de mí (…) No estoy peleando contra unas células cancerígenas, sino contra unos demonios que, de alguna manera, ha creado mi mente», confesó.
En esa línea, agregó que «no puedo ganarles porque, si lo hago, también soy yo quien sale derrotada. Es una batalla diaria que llevo perdiendo años, algo que va más allá de mis enfermedades mentales», según indica el sitio El Confidencial.
Cabe decir que, antes de tomar la importante decisión, Aurelia intentó hacer todo para mejorarse. Comenzó a asistir a terapias con psiquiatras y a consumir antidepresivos pero nada funcionaba. Luego, a los 21 años, intentó suicidarse por primera vez.
Otra experiencia que intensificó sus enfermedades, fue estar dos años en la cárcel, luego de sufrir una crisis e incendiar su sótano, poniendo en riesgo la vida de decenas de personas. «Fue la cosa más estúpida que he hecho en toda mi vida (…) En prisión me volví más suicida, no podía aguantar la autoridad de los guardias», confesó.
A Aurelia solo le quedan horas de vida y ya comenzó a despedirse de sus cercanos, pues anoche preparó una cena e invitó a sus amigos. «¿Sabes? Los tratamientos y la medicación no funcionan para un pequeño porcentaje de enfermos mentales. Ese es el problema. Yo los intenté todos y sé de lo que hablo. Los que sigo es triste, pero es la pura verdad. No funcionaron conmigo», enfatizó.
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