Editorial de Freddy Stock, jueves 25 de enero.
El Chile dividido… La educación pública es en los países donde se le protege y valora, el gran crisol de integración social, la plaza que reúne y la cancha que equipara oportunidades para la llamada movilidad social. Pero en estas últimas décadas, Chile ha ido a la inversa y año a año tenemos que ver cómo los mejores puntajes de las pruebas de selección académicas van para los colegios privados de siempre mientras que en los fiscales, salvo el puñado denominado emblemáticos, sus estudiantes terminan pateando piedras.
En Chile se concentran, se cuidan y se manifiestan, desde el poder, las elites. En este sentido, La Segunda trae un interesante análisis que descubre que los 23 ministros del gabinete del Presidente electo Sebastián Piñera, que estudió en el Verbo Divino, provienen de colegios pagados… es decir, ninguno es fruto de la educación pública. Más aún, de esos colegios pagados, 17 son católicos y de congregaciones ultraconservadoras como el Tabancura de Vitacura, el Sagrados Corazones o el propio Verbo Divino.
En un Chile que busca integrarse en el respeto a la diversidad, llama la atención este curioso panorama del gabinete que gobernará el país. Sería interesante saber si esta hegemonía formativa fue un hecho buscado o si se dio por azar debido al natural comportamiento de cierto Chile que no sabe o no le interesa que haya otras miradas para engrandecer al país…