En conversación con Culto, Alex Hernández, director del evento, hizo un resumen de lo que le ha tocado ver en el Festival.
En la previa de su octavo, y quizá último Festival de Viña del Mar, el director Álex Hernández dio su veredicto sobre lo mejor, lo peor, lo pendiente y lo que más recuerda desde el switch de la Quinta Vergara.
Alex Hernández
De los momentos complicados, hay dos que el cerebro tras la transmisión de Viña recuerda inmediatamente. Por una parte está una situación con Don Omar, que casi no llega al concierto luego de perder un vuelo. «Nos enteramos 18 o 20 horas antes de su show que estaba perdiendo el avión. Pero se solucionó porque se le puso un jet privado para que llegara a tiempo a Viña. Todo el canal se movilizó para generar los permisos de todos los países por donde tenía sobrevuelo, desde EE.UU. a Chile».
Sumado a esta contingencia, también comenta la visita de Morrisey como una anécdota incómoda. Cuando Moz vino el 2012, pidió -por ejemplo- que sacaran al conductor de TV, Cristián Sánchez, por como lo miró. «Morrissey es un artista que no quiso participar de la fiesta que es el Festival de Viña. Eso lo vuelve un artista que, en lo posible, ojalá no vuelva nunca más», dijo Alex Hernández.
Y consultado sobre qué artista aún está pendiente para el Festival, Hernández lo dice fuerte y claro: “Charly García. Siempre respondo lo mismo. Ojalá venga a celebrar el aniversario de Piano bar, que a mi juicio es el mejor disco de su historia. Y que venga con la banda original de Piano bar. Se hicieron todos los intentos, pero hubo algunos inconvenientes de salud que generaron un respeto desde nosotros hacia su salud. Queremos que se cuide”.