La situación en que se encuentran es consecuencia de las bajas ventas en sus productos electrónicos.
Hace varios años que se sabe que las cosas no vienen nada bien para Gibson Brands Inc., la prestigiosa fábrica de guitarras fundada en 1902 y que durante los ’50s se hizo mundialmente famosa al comercializar la primera guitarra eléctrica de cuerpo macizo: la Les Paul. Keith Richards y Slash, entre tantos otros artistas, usaron la marca.
Según el The Nashville Post, la compañía debe hoy en día más de 375 millones de dólares, de los cuales debería abonar por lo menos el primer plazo antes del 23 de julio de este año. De no ser así, serán castigados con 145 millones más haciendo aún más impagable el monto.
La empresa fundada en Michigan ha intentado salvarse vendiendo acciones, con lo cual logró recaudar unos 16,6 millones hace unos meses que de todos modos resultaron insuficientes ante lo cuantioso de sus obligaciones con los acreedores.
A estas alturas, no son muchas las opciones que le queda a Gibson. Básicamente tres salidas, de acuerdo con lo expresado por expertos: intentar renegociar los bonos, lo cual sería muy caro; que su CEO y actual dueño, Henry Juszkiewicz, pague con parte de su patrimonio lo adeudado; y la última sería directamente iniciar el proceso por bancarrota.
La penosa situación en la cual se encuentran ahora es consecuencia de las bajas en ventas de sus productos electrónicos, la cual ha sido una tendencia sostenida por los últimos años.