Los científicos Michael Hipke y John G. Learned tienen una teoría que sería mejor ponerle atención.
La semana pasada la compañía privada estadounidense SpaceX, del magnate tecnológico Elon Musk, lanzó con éxito el Falcon Heavy, el cohete más poderoso del mundo.
En su interior iba un Tesla descapotable que tenía como intención llegar hasta la órbita de Marte. Musk aprovechó de dejar un mensaje escondido en la placa de circuito del auto. “Hecho en la Tierra por humanos” por si se topaba con vida extraterrestre.
Una publicación compartida por Elon Musk (@elonmusk) el Feb 6, 2018 at 2:40 PST
Sin embargo, lo recomendable es que la especie humana no tenga por ningún motivo contacto con vida de otro planeta. Por lo menos así lo creen el astrónomo Michael Hipke, del Observatorio Sonneberg en Alemania y John G. Learned, profesor del Grupo de Física de Alta Energía en la Universidad de Hawai, quienes acaban de publicar el estudio “Comunicación Interestelar: Descontaminar el mensaje es imposible”.
Hipke y Learned han estudiado los intentos de captar señales de vida extraterrestre y están seguros de una cosa: nadie, ni siquiera los científicos del SETI, están convencidos de que una inteligencia extraterrestre tenga buenas intenciones, según indica el sitio Gizmodo.
Según los investigadores, no hay ninguna razón lógica para pensar en que una civilización alienígena quiera coexistir con los seres humanos.
“Creo que es mucho más ilustrativa la analogía de nuestra propia historia. ¿Hay alguna civilización a la que le haya ido bien después de encontrarse con otra civilización tecnológicamente avanzada?”, se pregunta
De hecho cree que es mucho más creíble el escenario que propone la película Alien.
Pero van más allá. Creen que si llegara un mensaje desde el espacio exterior, ni siquiera sería recomendable leerlo, ya que debido a la inmensidad del Universo, si una civilización nos quisiera destruir, sería más efectivo enviar un mensaje, como por ejemplo: “Su Sol va a explotar dentro de una semana”.
Da lo mismo que el mensaje no sea real. El solo hecho de esa advertencia provocaría un caos que terminaría con nuestra civilización.
