Por Jorge I. Lagás
El legado ramonero se resiste a perder vigencia y es así como nos preparamos para recibir a Marky Ramone en nuestro país, que vuelve para abrir el grifo de canciones y darlo todo en concierto el jueves 15 de marzo en la discoteque Blondie (entradas en Ticketek). Le pegamos un llamado para anticipar este nuevo encuentro con los fans locales:
-Marky, siempre es un placer.
-Para mí también, he estado yendo estos años y hemos construido una buena relación. Me encanta la pasión que muestran los fans por allá y el hecho de que la audiencia se va poniendo cada vez más joven. Así que tengo muchas ganas de llegar.
-La última vez que estuviste por acá fue en el festival Stgo Rock City, en un estadio, con lluvia, ahora vuelves al formato de club… ¿tienes alguna preferencia para el tipo de escenario? ¿Te gusta tanto lo masivo como lo más íntimo?
-Me gusta todo. Estadios, recintos de dos mil personas, clubes… si dejas de tocar en clubes, no es algo bueno, porque tienes que pasar por ahí, desde lo más grande a lo más reducido. Aprendes de todas las experiencias y de todos los tamaños. En clubes es más cercano, en estadios estás un poco más lejos, pero tiene sus ventajas, en fin, cada uno tiene su gracia. A mí, afortunadamente, me ha tocado de todo.
-Este 2018 se cumplen 40 años del primer disco que hiciste con Ramones, ‘Road to ruin’ (1978). ¿Podemos esperar hartas canciones de ahí para el show?
-Seguro, habrá canciones de ese álbum. Recuerdo que cuando Tommy (que hasta entonces era el baterista) decidió pasar a ser el productor, me preguntó “hey, ¿quieres entrar a la banda?” y acepté. Todos nos conocíamos de antes, así que habría entrado al grupo de todas maneras. Pero al saber que Tommy produciría, fue muy bueno, porque él sabía el sonido que yo quería, y tenía su experiencia con la banda. Así han pasado 40 años desde que grabé mi primera canción con ellos, “I wanna be sedated”.
-Cuando conociste a los Ramones, ¿cuál fue tu impresión? ¿No pensaste que eran unos tipos muy raros?
-Ellos eran fans de un grupo donde tocaba yo, Dust. Fue mi primera banda en Nueva York. Ellos solían ir a vernos tocar, como también lo hacían los miembros de Kiss (que también empezaban por esos días). Después, en los carretes en el CBGB, se me acercaban, nos conocimos y nos llevamos bien. Si revisas el primer disco de Dust y miras la parte de atrás, se ve un muro y la chaqueta de cuero que llevaba en ese tiempo, una pista respecto de dónde vino la portada del primer disco de Ramones. Estábamos todos locos así que no importó nada, ellos estaban locos, yo también, por eso encajamos.
-Aparte de “I wanna be sedated”, ¿tienes otras favoritas de ‘Road to ruin’?
-“I just want to have something to do” es muy buena, la que abre el disco. “I don’t want you”, “Go mental”, “She’s the one”, la versión que hicimos de “Needles and pins”… hay mucho buen material ahí. Y está muy bien producido.
-A propósito, ¿qué recuerdas de Tommy Ramone, tu predecesor en la batería, y que después siguió como productor en el resto de la carrera del grupo? ¿Qué aprendiste de él, como baterista, como productor, como persona?
-Como baterista no mucho, porque yo ya había hecho cinco discos antes de entrar a los Ramones, tenía mi propio estilo y experiencia. Pero éramos muy cercanos, éramos compadres. Él se enfocó en la producción, es lo que quería hacer. Y desde ahí hizo un gran trabajo, que se potenció por lo cercanos que éramos.
-Esta música tiene un factor de “juventud” que es muy importante, de alguna manera todos volvemos a ser adolescentes cada vez que la escuchamos, ¿te pasa algo parecido cuando la tocas?
-El contenido de las letras apela a ese sentimiento de juventud y lo mismo pasa con la energía que transmite la música. Los fans más viejos creo que lo sienten de manera especial. Y eso es lo que hace que la música de Ramones siga andando, porque le habla a la juventud, son sentimientos que se van repitiendo de generación en generación.
-A propósito de juventud, ¿cómo ves lo que está pasando ahora en el mundo del rock, las nuevas bandas y todo eso?
-No veo mucho (risas). No he encontrado nada que me sorprenda, pero seguro hay cosas buenas allá afuera. Espero que salga otra banda como los Ramones, o los Beatles, los Stones, The Who. Como pasó en un momento con Nirvana o Green Day. Aunque son referentes difíciles de equiparar.
-Quizás las bandas de ahora la tienen más difícil porque los grandes medios no le están prestando atención al rock.
-Depende. A nosotros no nos prestaban atención. Cuando los Ramones aparecieron, nadie les daba atención. Depende de la banda ser original, únicos, no copiar a nadie y tener un sonido particular, ahí ganarán atención.
-Que así sea. Muchas gracias, Marky.
-A ustedes. Nos vemos ahí. Vamos a tocar 45 canciones, por lo bajo. Hey-ho! Let’s go!
Las últimas entradas están a la venta por sistema Ticketek a sólo $23.000. La banda invitada son Los Mox y si ya tienen su ticket, participen por un meet & greet con Marky Ramone en el concurso que tenemos en este enlace.