El invento se pensó para la población cada día más adulta en Japón.
El científico de la Universidad de Tokio, Takao Someya, creó una pantalla flexible y ultrafina, de un milímetro de espesor, que se puede pegar en la piel de la mano para recibir y enviar mensajes.
Con esto, se puede ayudar a las personas más ancianas para recordarles que se deben tomar sus medicamentos o comunicarse con sus familiares más lejanos. “Si se lo pone usted directamente sobre la piel, tiene la impresión de que forma parte de su cuerpo. Cuando alguien le envía mensajes a la mano, esto le acerca emocionalmente al remitente“, menciona Someya.
Dichos mensajes aparecen en la pantalla micro LED DE 16 x 24 luces conectadas entre sí por cables elásticos y encastradas en una hoja de caucho. Cuenta también con un captor ultraligero y un sistema de comunicación inalámbrico.
El dispositivo podrá estar en el mercado dentro de unos tres años más.