Recordamos el hito de Marcelo Ríos logrando la cima del tenis.
Ese año 1998 comenzó con Marcelo Ríos perdiendo su primera final de un Grand Slam, el abierto de Australia y ante el checo Peter Korda quien posteriormente sería suspendido por doping positivo. Luego vinieron los master series, torneo ubicados un peldaño más abajo que los cuatro Grand Slam. Indian Wells en Los Ángeles y el abierto de Key Biscaine en Miami fueron los últimos escalones para llegar a la cima.
El 29 de marzo de 1998 el país se paralizó ¡pero en buena! por primera vez estábamos frente a la posibilidad de que uno de los nuestros se transformara en el mejor del mundo en su práctica. Marcelo Ríos Mayorga venía de ganar Indian Wells, venciendo en la final al australiano Greg Rusedski y ahora tenía frente al Kid de las Vegas, el referente de una generación, el ícono de los noventas en el tenis y fuera también: André Agassi quien comenzaba un retorno luego de un buen tiempo fuera del circuito.
Todos sufrimos, todos estuvimos nerviosos, pero el trámite (al mejor de cinco sets), fue eso… un trámite, no menor por cierto, pero que Marcelo Ríos supo sacar adelante con algún grado de tranquilidad, subyugando a su contendor que pese a sus créditos nunca pudo encontrarle la vuelta a un Ríos que tenía todos los golpes disponibles. De alguna forma se sabía, en ese primer semestre de 1998, que Ríos ganaría todo y a todos. No había con qué darle.
7/5 y 6/3 para Ríos las dos primeras mangas y con el marcador 5/4 en la tercera en favor del chileno y ventaja en su servicio. Segundo servicio de Ríos y la devolución de Agassi se va larga, Ríos levanta los brazos, da media vuelta a la galería y lanza la raqueta al público, ahí lo aplaudían su técnico el sueco Larry Stefanki, su novia, su padre y el ex presidente de la Federación de Tenis Carlos Herrera. En Chile un país volcado a la calles… por primera vez en la historia un chileno (y un iberoamericano) era considerado el mejor tenista del mundo en la era moderna. Historia grande que hace 20 años elevó a Marcelo Ríos en la gloria máxima del deporte blanco, 20 años después sólo queda eso… un lindo recuerdo de un día memorable.