Una intimidatoria y criminal forma está siendo ocupada por algunos vendedores ambulantes. A muchos no les queda otra opción que comprar.
El diario mexicano «El Universal«, publicó un artículo vivencial sobre la desagradable, intimidatoria y delictual forma en la que algunos vendedores ambulantes ofrecen sus productos en los buses del transporte público.
Según cuenta el relato una persona de unos 18 años hace parar el bus, se sube y no paga. Lleva un bolso con chocolates dentro y comienza a dirigirse con un tono amenazante al público.
«A ver, pandilla, ayer mi abuelita entró a mi cuarto y vio que tenía bolsas, mochilas, celulares y carteras que no son míos y como me enseñaron que en la forma de pedir está el dar, les voy a entregar dulces que no quiero que me los rechacen, porque necesito llevar dinero y no quiero asaltarlos, así que llévenselos por sólo cinco pesos (0,3 dólares)», grita.
Según cuenta el relato, muchos acceden a la petición del «vendedor», pero una mujer de unos 50 años, tuvo la mala idea de no querer comprar y le devuelve los chocolates que le había pasado.
«¡Cómpramelos!», le grita el hombre. La mujer nerviosa comienza a buscar monedas, pero solo tiene un billete de 50 pesos (3 dólares). El hombre no se mueve del lado de la señora. «Aquí te lo cambio», responde mientras los demás pasajeros sacan dinero.
El hombre toca el timbre y se baja del vehículo. Los pasajeros al parecer respiran aliviados y agradecen no haber sido asaltados, cuenta el relato. Pero no sabían que unas cuadras más adelante, otro «vendedor» ocuparía la misma técnica, pero ahora serían chicles los productos a la venta.
«Saluda y los pasajeros saben que hay que entregar más dinero bajo la amenaza de que de no hacerlo serán asaltados de nuevo en apenas dos kilómetros», cuenta el periodista.
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