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Diez canciones para entender por qué el ‘heavy metal’ tiene todavía tantos fans

Seguimos la historia del género, con mucho sentido del humor, que acaba de publicar el escritor británico Andrew O'Neill.

Hector Muñoz |

Seguimos la historia del género, con mucho sentido del humor, que acaba de publicar el escritor británico Andrew O’Neill.

Fuente: El País Tentaciones
Autor: Fernando Bernal

«En el mundo hay dos tipos de personas: los fans del heavy metal y los pelotudos. No te preocupes si estás en la segunda categoría: soy muy persuasivo». Así comienza el libro La historia del Heavy Metal (Blackie Books), del humorista y escritor británico Andrew O’Neill. El texto no pretende ser una biblia el género extremo, ni tampoco un sesudo estudio sobre su impacto social y contracultural ni mucho menos una guía para melómanos. Es un largo monólogo con humor, ojo a las hilarantes notas a pie de página, en el que refleja su relación con el género de sus sueños y más dulces pesadillas.

El mismo autor introduce al lector a la música en el primer capítulo: «El heavy metal es el más duradero de los géneros musicales modernos. A lo largo de casi cincuenta años, el sonido distorsionado de las guitarras de unos melenudos ha conseguido que la gente sacuda la cabeza, expanda la mente y fragüe amistades de por vida con personas afines. Mientras otros estilos musicales van y vienen al capricho de las modas, el heavy metal resiste. Es una constante».

Andrew O’Neill comienza su recorrido por los metálicos rieles del heavy con grupos que practicaban el rock duro, como Led Zeppelin o Deep Purple, y que sirvieron como inspiración para Black Sabbath, Iron Maiden, Motörhead o Judas Priest. Bandas a las que se agrupó bajo el nombre de Nueva Ola del Heavy Metal Británico (NWOBHM son sus siglas en inglés). Deja claro que Aerosmith o Guns N’ Roses no son grupos heavys. Y termina con un juego de ficción augurando cuál será el futuro del género en los próximos siglos (!!).

Repasamos una lista de canciones de pioneros de este sonido para iniciarse en el heavy metal, siguiendo los consejos de Andrew O’Neill. Son diez, pero podrían ser más y otras distintas.

Iron Maiden: The Number of The Beast

«En lo referente al sonido, Iron Maiden sigue bastante la línea de Judas Priest: depuran el sonido y rompen con el blues para que el resultado sea puro heavy que te cagas. (…) En la actualidad, los Maiden siguen tocando en estadios de todo el mundo. Como Mötorhead, tienen seguidores acérrimos, y no todos son metaleros. Son una marca que vende más camisetas que Topman y hasta tienen su propia cerveza, Trooper, que no está nada mal y además es vegana».

Black Sabbath: Paranoid

«Los Sabbath hablaban de la guerra. De la muerte que llueve del cielo y del futuro de campos de batalla y tumbas que les espera a tus hijos. Del aislamiento, de la depresión. De los gobiernos corruptos y de la contaminación. De la amenaza de la aniquilación nuclear. Por ESO eran heavy metal. Bueno, por eso y porque hablaban de Satán (aunque no tanto como se dice, por cierto)».

Rainbow: Stargazer

«Tras su agitado paso por Deep Purple, el guitarrista Richie Blackmore creó el grupo Rainbow (…). Blackmore despidió a todo el grupo antes de salir de gira y empezó a desarrollar un sonido que, según mi prejuiciosa opinión, cumple con todos los requisitos de lo que es heavy metal. El disco que sacó en 1976, Rising, es un puto clásico: suelta este libro ya mismo, métete en Internet y escúchalo».

Judas Priest: Victim of Changes

«Fue el primer grupo heavy en tocar realmente rápido, alcanzando una velocidad endiablada (…). Introducen el palmmuting en Victim of Changes; una técnica de guitarra que es la piedra angular del thrash metal«.

Motörhead: Bomber

«La actitud de Lemmy, al que no le iban para nada las mamonerías, es el espejo en el que se miran todos los ídolos del heavy metal. Te matabas de la risa con lo directo que era».

Def Leppard: Wasted

«Def Leppard empezó sonando como la mayoría de los grupos de la NWOBHM y entonces derivó hacia lo comercial. Y les fue de maravillas. A ellos, me refiero: la música era un espanto pero vendieron muchísimos discos, hicieron las Américas y llenaron estadios por todo el mundo».

Celtic Frost: Circle of the Tyrants

«Celtic Frost retomó el hilo que el proyecto anterior había dejado, a pesar de sus esfuerzo por distanciarse de Hellhammer. Morbid Tales es básicamente Hellhammer pero con más nivel. Fischer afirma que: «Nuestra meta principal era escapar de las restricciones que nos imponía el black metal. Los temas de nuestras letras iban mucho más allá».

Venom: Welcome to Hell

«Por primera vez, un grupo de metal se presentaba como «el malo». Puede que tuviera algo que ver su pasión por la lucha libre y la imitación del comportamiento de los villanos de este espectáculo; los malos. No le tenían miedo a Satán, sino que eran sus aliados, ¡estaban in league with Satan!».

Manowar: Battle Hyms

«Firmaron con sangre su contrato discográfico, enseñan pezón siempre que pueden… son lo más involuntariamente homoerótico que he visto en toda mi vida. Su mantra «death to false metal» (muerte al falso heavy metal) está en el olimpo de frases gloriosas, al lado del «if you are a false, don’t entry» de Sarcofago. A veces le da a uno la sensación de que los Manowar no se han dado cuenta de que NO viven en Conan el Bárbaro«.

Metallica: Whiplash

«Su primer álbum, Kill’em All, salió el 25 de julio de 1983 y constituyó un momento clave en la música extrema. Tuvo una gran repercusión en la escena alternativa: les salieron imitadores y, además, fue un acicate para que grupos de otros género buscaran un sonido más rápido y heavy«.

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