Hasta el momento, el clásico escrito por George Harrison supera las 160 millones de reproducciones en la plataforma de streaming.
Por Héctor Muñoz Tapia
Cuando el catálogo de The Beatles fue subido a Spotify el jueves 24 de diciembre de 2015, significó otra instancia para confirmar el legado fresco y atemporal de los cuatro de Liverpool. Recién llevaba unas semanas de lanzado el compilado “1+” con todos sus videos restaurados en Blu-Ray y ver esos videos remozados creaba la ilusión de estar en presencia de una banda nueva, una gran oportunidad de descubrirlos si estuviste en un búnker las últimas cinco décadas.
Con cada una de sus canciones subidas en las plataformas de streaming, no tardó mucho en que cada una de ellas siguiera su curso, disponibles desde cualquier dispositivo, y se convirtieran en compañeras de tus caminatas, tus jornadas laborales y tus momentos de relajo. Y como todo ahora es cuantificable, es inevitable que los Beatles tengan sus canciones más escuchadas. Rápidamente se fue dando la pelea entre clásicos incombustibles como «Hey Jude», «Come Together», «Let It Be» y «Yesterday» peleándose los primeros puestos. Pero fue otra la canción que, con el correr de los meses, se instaló en el número uno que mantiene hasta este minuto, y no es Lennon/McCartney: “Here Comes The Sun”.
Una de las 2 canciones firmadas por George Harrison en “Abbey Road”, “Here Comes The Sun” abre el lado B del último álbum que grabó la banda. No fue sencillo, pero es una de las más queridas del catálogo de cierre de la obra de los Beatles. Y al momento de redactar esto, tiene 162 millones 439 mil 485 escuchas en Spotify, superando por casi 50 millones a «Come Together» en un top 5 que por ahora completan “Let It Be”, “Hey Jude” y su clásico cover de «Twist And Shout».
A pesar de no ser conocida como un single de 45 rpm, «Here Comes The Sun» se las ha arreglado para rankear alto en varias listas de las mejores canciones de The Beatles. Quedó número 4 en la lista de 100 mejores canciones de la banda según NME, número 21 en la de Mojo, publicación que al describía así: «Esta debe ser la mejor canción por la cual la religión podría reclamar el crédito. Aquellos que mostraron sorpresa por el ascenso inmediato de Harrison como el solista más exitoso de The Beatles en 1970, claramente no estaban escuchando esto». Y la Rolling Stone la dejó como número 28 en su propio derrotero de los Fab Four: «Junto con ‘Something’, era la prueba fehaciente de que The Beatles tenía a tres autores formidables». Estos juicios se condicen con el cariño de los fans por este track de tres minutos y cinco segundos.
Por qué se genera esta preferencia a “Here Comes The Sun”?
La respuesta que nos hace más sentido es un concepto: la luminosidad. La sensación de luz que genera el escucharla, con su estructura en la escala de La y una progresión de acordes inversa a la que escuchamos en temas como “Eight Days A Week” y “Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, y con un compás de tensión en el puente antes de cerrar su primera vuelta, “Here Comes The Sun” invita en lo lírico a recibir una nueva mañana y dejar atrás la oscuridad y la tristeza, con el sol trayendo sonrisas a los rostros tras un largo y crudo invierno. Cristaliza la esperanza de un mejor porvenir, algo en lo que de seguro pensaba un George Harrison que tenía apenas 26 años pero que había vivido desde su adolescencia en un torbellino de rock and roll recién amortiguado de forma progresiva por su interés por la religión hindú y la cultura de India.
Y la génesis de la canción no pudo haber llegado en un mejor momento. En esos días, después de las complicadas sesiones de “Get Back” y aún en el “invierno del descontento” como él mismo lo definía, los Beatles pasaban momentos complejos evaluando la posibilidad de tener nuevo manager y sostener Apple Corps. El que tenía más opciones era Allen Klein, agresivo ex manager de The Rolling Stones que se había hecho la reputación de pendenciero a la hora de negociar para sus representados. Pero algo no se sentía bien. Y en vez de seguir la corriente, Harrison decidió saltarse una reunión pactada a primera hora y se fue la tarde anterior a la casa de su amigo Eric Clapton en Surrey, Inglaterra. Vio el amanecer y con guitarra en mano la inspiración llegó sola. Bastó ver salir el sol por primera vez comenzando la primavera para sentir esperanza del anhelo de cosas mejores. De dejar esa frialdad invernal en la que estaba envuelto y abrazar los rayos de luz.
“Here Comes The Sun” se grabó en los estudios de la EMI en Abbey Road en el día de cumpleaños número 29 de Ringo Starr, el 7 de julio de 1969. En la sesión solo faltaba John Lennon, quien se recuperaba de un accidente automovilístico que lo dejó ausente de parte del proceso del álbum. En manos de Harrison, McCartney y Starr quedó la base rítmica y las capas de arreglos vocales y elementos instrumentales. Hasta se pensó en un solo de guitarra en la sección instrumental, pero no se hizo necesario. El track quedó listo a los días después y se inscribió para siempre en la historia del canto de cisne de los Beatles.
Han pasado casi 49 años desde que «Here Comes The Sun» salió al mundo en un disco, y en lo personal, creo que es una canción que envejeció bien porque es luminosa, nos contagia esperanza. Es un himno que nos dice una verdad que a veces nos cuesta aceptar en medio de la rutina y lo nublado que se ponen nuestros días con las trabas en el camino. Algo que jamás debemos olvidar: la vida empieza en cada amanecer.