Editorial de Freddy Stock, lunes 23 de abril.
Se cuidan entre ellos… El Senado desechó todas las denuncias formuladas por auditores en 2017, según cuenta hoy el diario La Tercera. Así, ninguno de los siete casos con reparos que llevó el Comité de Auditoría Parlamentaria hasta la Comisión de Ética de la Cámara Alta fue motivo de sanciones.
Según información obtenida vía Transparencia, los fiscalizadores realizaron siete reparos y observaciones pero ellos sólo tiene la facultad de denunciar irregularidades pero no de sancionarlas porque -según la normativa interna del Congreso- los potenciales castigos que son reprimendas verbales o simples censuras públicas cuando son muy graves, deben ser impartidos por los propios parlamentarios. Es decir, todo queda entre ellos.
A juicio de los auditores, las situaciones que merecieron ser observadas dicen relación con remuneraciones no reflejadas en las horas de trabajo rendidas por asesores; duplicidad de informes entregados que incluyen contenidos extraídos de información pública en web; y labores que no están vinculadas a sus contratos de trabajo. Y es por esto que según el director ejecutivo de Chile Transparente y panelista de este programa, Alberto Precht, urge que la función fiscalizadora de las Cámaras deba ser independiente porque, dice, “Mientras los auditores están afinando su trabajo y haciendo una labor exhaustiva, las comisiones de ética en la inmensa mayoría de los casos desestiman sus hallazgos”.
El cambio que plantea Precht parecería de perogrullo. Para que no ocurra lo que pasó en el Senado donde se actúa como esas dictaduras donde el Poder Judicial no tiene ninguna independencia que garantice un debido proceso y las camarillas que sustentan el poder se protegen entre ellos…