Celia Osmara Cisneros logró ganarle a la enfermedad luego de tres años de tratamiento.
En el Día del Niño de 2015, Celia Osmara Cisneros, por ese entonces de 10 años, llegó al Hospital General Regional de la ciudad Obregón en el estado de Sonora en México, con fiebre, dolor de piernas y sangrados que le provocaban moretones.
Los médicos le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda, un tipo de cáncer en el que la médula ósea produce exceso de glóbulos blancos y deteriora con rapidez la salud de los pacientes, según señala El Universal.
Celia debió comenzar un duro tratamiento que incluyó quimioterapias y diversos medicamentos intravenosos, intramusculares y orales.
El pasado 17 de mayo y después de tres años de lucha y 120 quimioterapias, la pequeña Celia tocó la “campana de la vida”, que se utiliza en hospitales y cuando la tocan, simboliza que los pacientes están curados de la enfermedad.
“La campana busca ser un llamado de esperanza en los niños y adultos que inician tratamiento contra el cáncer, para demostrar que es posible curarse y recobrar una vida normal y sana”, dice Lizette Bojórquez Steffany, responsable del área de Oncología Pediátrica.
Desde el hospital indicaron que Celia seguirá al cuidado de profesionales durante cinco años, con el fin de monitorear el tratamiento.
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