James Harrison, de 81 años, ha ayudado a más de 2.4 millones de bebés gracias a su constante donación de sangre. El anticuerpo presente en él, permite la creación del Anti-D, vacuna que ayuda a mujeres embarazadas a mantener a sus hijos sanos.
A los 14 años, James Harrison, necesito una operación, además de una gran cantidad de sangre de desconocidos para sobrevivir a esta. Por eso ya de adulto y recuperado dijo que tenía que devolver el favor. Y pese a su temor a las agujas, estuvo donando sangre en distintos lugares de Australia cada dos semanas, por los siguientes sesenta años.
Pero no es solo eso. Los médicos descubrieron que la sangre de Harrison contenía un anticuerpo especial, que era necesario para hacer un medicamento pionero. Que según los funcionarios del Servicio de Sangre de la Cruz Roja Australiana, han salvado a más de dos millones de bebés de una enfermedad potencialmente mortal.
Y este 11 de mayo por última vez tomó asiento en el Centro de Donadores de Sangre del Ayuntamiento de Sidney para donar sangre. Los funcionarios médicos de la Cruz Roja, decidieron que a sus 81 años, era necesario que dejase de donar para privilegiar su propia salud.
Every fortnight for sixty years, James Harrison has been making the trek to the Red Cross to donate blood. #9News | https://t.co/ZiY2jT1X46 pic.twitter.com/sivoQoKz5a
— Nine News Sydney (@9NewsSyd) 11 de mayo de 2018
“Es el fin de una era”, comentó Harrison, administrador ferroviario jubilado, desde su casa en Nueva Gales del Sur, Australia. “Fue triste porque yo sentía que podía continuar”.
Mientras que Jemma Falkenmire, vocera del Servicio de Sangre de la Cruz Roja Australiana dijo: «La Cruz Roja y Australia nunca podrán agradecer de manera suficiente a un hombre como James (…) Es poco probable que alguna vez volvamos a tener un donador de sangre dispuesto a comprometerse de esta manera».