Editorial de Freddy Stock, lunes 18 de junio.
Poco santa…Bastante terrenal es la polémica en que está envuelto el poderoso obispo evangélico Eduardo Durán, padre del diputado de RN y líder de la conservadora bancada cristiana, Eduardo Durán Salinas. La Fiscalía junto con la PDI están investigando el origen del cuantioso patrimonio que amasa el líder y fundador de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal y determinar -según cuenta La Tercera- la eventual existencia de delitos tributarios y de lavado de activos. El obispo Durán ha adquirido en la última década una docena de propiedades con un avalúo fiscal de $1.152 millones (que podría ser el doble en su avalúo comercial) y posee ocho vehículos, dos de ellos automóviles Ford antiguos de colección, además de manejar un Mercedes Benz S500 de más de $80 millones.
El obispo evangélico se defendió en radio BíoBío, diciendo que los líderes de su Iglesia no cuentan con una figura legal que los obligue a transparentar a sus fieles sobre los ingresos que perciben y el patrimonio que tienen. Algo curioso si se considera que -como dice el diario- las iglesias evangélicas se financian mayoritariamente con el aporte voluntario de sus fieles que entregan el 10% de sus sueldos. Además, y algo que no se entiende en un Estado laico, están exentas de impuestos en cuanto a los terrenos dedicados a culto, que muchas veces son propiedad de los pastores. Tampoco tributan las donaciones para infraestructura que reciben y el ingreso de los obispos y líderes religiosos, ya que, no se considera renta. Cosas que hay que cambiar urgente en un país donde ningún ciudadano debiera estar por sobre otro ante la ley y menos por granjerías religiosas…