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Panamá: Dos océanos y un país que los une, parte II

Hector Muñoz |

Por Marcelo Alvarado.

Ciudad de Panamá es como gran parte de las capitales de Latinoamérica donde conviven zonas que impresionan por sus nuevas construcciones y otras que dan testimonio de la rica historia de la ciudad (ver parte I acá).

La modernidad y la altura de los edificios de la “Cinta Costera” se mezcla, unas cuadras hacia el interior, con la clase media y la pobreza que aún no superamos en Latinoamérica.  La Cinta Costera, que impresiona al visitante de Ciudad de Panamá, es un terreno de 27 hectáreas ganadas al mar con la tierra extraída del segundo canal de Panamá.

Esta nueva avenida llamada Balboa, se extiende por siete kilómetros y está rodeada de altos edificios, amplias calles y un gran parque para realizar deportes o sólo para caminar y contemplar el océano. La Cinta Costera también cuenta con una larga ciclovía.

En este nuevo terreno ganado al mar se emplazó el “BioMuseo. Panamá, puente de Vida”, una estructura de colores llamativos creado por el canadiense y premio Pritzker de arquitectura Frank Gehry que contiene toda la historia natural de Panamá. Dentro de la muestra hay un imperdible: una sala negra, con siete pantallas y parlantes que te transportan al interior de la selva, a la lluvia tropical y al Mar Caribe.

Panamá Vieja

Es una de las primeras cosas que te llama la atención cuando llegas a Ciudad de Panamá y es la torre de la primera catedral construida en esa ciudad, hablamos de 1519, que es la fecha en la que se funda esta ciudad que posteriormente fue saqueada y destruida por piratas.

La relación de esta Panamá, la vieja, con Chile es relevante.  En 1524, Diego de Almagro recibe en ese lugar el permiso para “descubrir” y conquistar tierras. Es en esa época cuando parte al sur, hasta Perú, para después continuar su viaje y ser proclamado como el descubridor de Chile.

Panamá Vieja está mirando al Pacífico y se puede llegar fácilmente en transporte público.  Estas ruinas hablan de la vida de los conquistadores a la llegada al nuevo Mundo.  Es un recorrido que se puede realizar a pie, pero la parte central está alejada de la entrada, por eso es recomendable utilizar el transporte (que va incluido con la entrada) debido al calor y la humedad.

Dentro del recorrido en Panamá vieja está incluida la visita al museo arqueológico donde se pueden ver momias de más de mil 500 años encontradas en las excavaciones.

Casco Viejo

Es la zona turística por excelencia de la capital de este país centroamericano.  En este lugar están las oficinas gubernamentales y los mejores (y más caros) hoteles, además muchos lugares para divertirse.

El “casco viejo” es la segunda ciudad colonial de Panamá, fue fundada en 1673 después de la destrucción de la primera ciudad por piratas.  Desde un tiempo a esta parte, las autoridades de la ciudad han realizado una inversión importante en la mantención de los edificios patrimoniales lo que le ha dado una nueva vida a este sector de la capital.

Ir al Casco Viejo es recomendable de día y de noche, es una zona muy segura ya que circulan una gran cantidad de extranjeros y turistas y se puede apreciar la belleza de las construcciones coloniales.

Los emberá

Otro de los lugares que se puede visitar estando en Ciudad de Panamá es la reserva de los Emberá, son siete comunidades que habitan en un lugar a una hora de la capital y que está en la selva.

Para llegar ahí hay que ir con un guía que conozca el lugar, en un vehículo 4×4 y con dinero para pagar la entrada a la comunidad y dejarle una propina al lanchero.  Al llegar al lugar me esperaba el lanchero que estaba vestido con los atuendos de su cultura, subí a una piragua con motor que me llevó a la primera comunidad, ahí me esperaba un grupo de hombres que me recibieron con música interpretada por ellos, posteriormente fui invitado a una charla que dio una de las mujeres de la comunidad.

Después de la charla me invitaron a comer un pescado con plátano frito, todo envuelto en una hoja de plátano y una flor de hibisco, acompañado de un limón color naranja.

Según el guía, es importante llevar frutas y alimentos como arroz o legumbres, ya que ellos tienen tierras sólo para cultivar lo justo y necesario ya que el gobierno convirtió en parque el lugar donde ellos habitan.

Las mujeres de la comunidad son las encargadas de cocinar y de relatar la historia de la comunidad Emberá, los hombres se hacen cargo de la construcción de las casas y de la caza diaria.

Es un viaje imperdible, por tiempo, no pude realizarlo completo ya que incluye una caminata por cascadas río arriba.

El Canal

Claramente el Canal de Panamá es lo primero que recuerda una persona al escuchar el nombre de ese país.  Esta tremenda obra de infraestructura fue ampliada a un segundo canal que permite que los barco llamados Panamax (294 metros de largo y 32,3 de ancho) puedan cruzar entre el Caribe y el Pacífico.

La visita al Canal comienza con una pequeña película que cuenta cómo se construyó esta obras y las miles de vidas que costó, sobre todo, de personas de las Antillas.  Posteriormente se ingresa la Museo del Canal de Panamá, donde existen maquetas de los barcos y máquinas usadas para construir las esclusas que permiten, subir o bajar un barco, entre el Pacífico y el Atlántico (26 metros de diferencia)

Claramente lo más espectacular es ver cómo funcionan las esclusas y como de distintos tamaños pasan desde el Caribe al Pacífico o vice versa.

Tips y recomendaciones

Usar repelente para mosquitos, sombreros, ropa adecuada y muda, sobre todo en la comunidad Emeberá.

Llevar agua en abundancia si vas a recorrer a pie los distintos lugares

El BioMuseo, Panamá vieja, el Canal de Panamá y la comunidad Emeberá cobran entrada (Comunidad Emeberá es en efectivo y no es barato, preguntarle al guía)

Según la seguridad del Hotel, es mejor trasladarse en taxis del Hotel y dejar los documentos y llevar una fotocopia del pasaporte.

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