Ya se encuentra en México para encargarse de los Tiburones Rojos de Veracruz tras 11 años de ausencia como técnico.
Con 55 años y experiencias como Universidad Católica, Selección de Chile, Everton, entre otros volvió a asumir un club profesional siendo su segundo club a cargo en el extranjero. En su última experiencia hace 11 años donde fue cesado de sus funciones del cuadro viñamarino, Olmos asegura que no le preocupa su inactividad por el motivo principal que por algo fue llamado por los dirigentes de aquel cuadro azteca.
«Estoy expectante frente a uno de los desafíos que más me atraen, que es volver a dirigir, algo que ha sido la pasión de toda mi vida (…) Y con ganas de empezar este proyecto que se dio porque hubo un dueño, un presidente, que se la jugó por mí, que me dijo: ‘Me importa dos cominos que no hayas dirigido hace diez años'», dijo en conversación con La Tercera.
Sobre su conocido apodo puesto por el fallecido comentarista deportivo Eduardo Bonvallet, el nuevo estratega de los Tiburones Rojos de Veracruz señaló: «A lo de perro verde se le acabó dando una connotación peyorativa, como de que ‘éste está loco’ y terminó usándose también para herir. Pero lo de perro verde nació de los entrenamientos que yo hacía, que nadie los realizaba en Chile en aquel momento». «Entonces decían que los entrenamientos de Juvenal eran tan raros como ver en la calle un perro verde. Pero creo que sigo siendo en alma un perro verde, porque me gusta la innovación», agregó Juvenal Olmos en su regreso al fútbol.