Editorial de Freddy Stock, jueves 20 de septiembre.
¿Por qué uno sí y otro no?… Entre tanto aro y entre tanto meme de autoridades bailando cueca como si estuvieran en un casting de The Walking Dead, una noticia sorprendió a los más atentos a la actualidad: la expulsión a perpetuidad del sacerdocio del ex vicario de la Solidaridad, Cristián Precht. La drástica sanción del Vaticano, inédita por lo pública y lo histórica de la figura, remeció no sólo a los católicos sino también a aquellos que vieron en Precht a un luchador por los derechos humanos y un sujeto valiente que se atrevió a defender a los perseguidos en las etapas negras de la dictadura.
Pero Cristián Precht tenía también sus sombras y de las tenebrosas según sus pares que lo condenaron por abusos sexuales. El Papa le bajó el pulgar sin un debido proceso, alegan los que siguen defendiendo al ex vicario como la renunciada líder de la DC, Mariana Aylwin.
Y, claro, ante esta expulsión se hizo evidente el perdonazo a Fernando Karadima quien ante el mismo delito atribuido aún no se le quita su condición de sacerdote. Karadima sólo fue condenado por la Congregación de la Doctrina de la Fe, en 2010 ,a una “vida de oración y penitencia”.
¿Qué espaldas tiene uno que él otro no tuvo? Talvez uno esté más cerca del poder real que se respira en la Tierra, el del dinero, la política, el lobby, el secreto. Y, el otro, más cerca del perdón de lo divino si es cierto eso de que los que están más allegados a los que sufren, a los pobres, entran con mejor lubricante al cielo. O la razón de que uno siga y el otro se vaya sean los tiempos que han cambiado en estos ocho años y la presión social ha oradado el poder de una institución que en 2010 -hace apenas 8 años- se seguía sintiendo más poderosa que el horror que sus más nobles dignatarios estaban causando en los más indefensos y desprotegidos…