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Del Metal a Maluma: la historia del baterista Miguel Ortiz

Es uno de los bateristas más importantes de la historia del género en Colombia, pasando incluso por el black metal.

Diego Puebla |

Es uno de los bateristas más importantes de la historia del género en Colombia, pasando incluso por el black metal.

Todo su aprendizaje en el black metal ahora lo hace único en el reggaetón. A sus 30 años, el músico colombiano Miguel ‘Titi’ Rodríguez se convirtió en un baterista que logró conciliar sus dos facetas en el escenario: su gusto por el metal con su ambición en la industria musical. Él, que pasó por las filas de bandas como Tierra adentro e Injury, dejó el género pesado para integrarse a la banda de uno de los artistas más reconocidos del género urbano, Maluma. ‘Titi’, como lo conocen en la escena musical, demostró que el metal y el reggaetón no son dos géneros con lejanía kilométrica.

En diálogo con el medio colombiano Radiofónica, contó su conversión a los sonidos del intérprete de Cuatro Babys y Temperatura. Tenía 14 años cuando su subió por primera vez al escenario del festival internacional Rock al Parque de la mano de la banda de metal Injury. A los 20, ya tenía banda de planta: Tierra adentro, una de las agrupaciones con más seguidores en la esfera ‘underground’ de Colombia. Pero rápidamente, cuenta, entendió que ese género no le podía brindar una carrera profesional. El músico, de 30 años, acepta que, aunque su género raíz era el metal, nunca le molestaron los sonidos comerciales. Después de haber estudiado ingeniería, giró su instrumento hacia el género urbano. “Escribí a todos los amigos productores de reggaetón que tenía. Por suerte, me respondió Mike Cerca, un DJ venezolano que había entrado hace poco al equipo de Maluma”, relata.

La propuesta de Cerda era simple: armar un set y demostrarle a Maluma que integrar a un baterista a su equipo en vivo era una decisión correcta. El DJ y ‘Titi’ presentaron un show íntimo para el cantante colombiano y funcionó. Pronto, el músico entendió que debía incorporar un ‘plus’ a los conciertos, que además de la fuerza de las batacas, los sonidos aporten a la melodía rítmica de cada canción y recordó lo que aplicaba en el black metal.

Cuando estaba en Tierra adentro comenzó a usar un aparato electrónico llamado ‘trigger’, que reemplaza al golpe de la batería con un sonido electrónico pero claro. Aplicó la herramienta en vivo y, sin saberlo, creó un nuevo sonido en el género, asegura. Ahora, su batería tiene seis ‘triggers’ y, según dice, los demás bateristas de cantantes de reggaetón imitaron su set. Para él, el reggaetón le dio algo que el metal no pudo. “Cuando toco con Maluma siento que estoy en un concierto de rock, para mí la sensación es muy parecida.

Puede ser un poco más gratificante por lo que está pasando al otro lado y eso se la gente. Sí, yo toqué en varias ediciones de Rock al Parque pero no toqué frente a la cantidad de gente que se está muriendo por el artista con el que estoy tocando. Eso me llena”, cuenta ‘Titi’. Sobre las críticas hacia el género, el músico lo tiene claro: el reggaetón no está hecho para enseñar a la gente como tampoco lo están muchas de las canciones que no son urbanas. “Cada uno tiene la responsabilidad de educar a sus hijos. Nadie presente poner un disco de Slayer y que sus hijos sean buena personas siguiendo lo que ellos cantan. Somos nosotros quienes les enseñamos lo que está bien o mal”, concluye.

Fuente: El Comercio.

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