Leon Max Lederman, quien falleció esta semana, fue quien acuñó la expresión «partícula de Dios», para describir al bosón de Higgs.
Muchos deben pensar que el ganador de un galardón tan importante como el Premio Nobel, no tiene problemas económicos. Sin embargo, la realidad no siempre es así.
Un ejemplo es lo que ocurrió con Leon Max Lederman, ganador del Premio Nobel de Física en 1988, pero que años después debió venderlo para pagar los costos de sus tratamientos médicos.
El físico estadounidense falleció esta semana a la edad de 96 años, por complicaciones relacionadas con una demencia senil y fue mundialmente conocido por acuñar la expresión «partícula de Dios», que aún se utiliza para describir al bosón de Higgs.
En 1988, Lederman junto a Melvin Schwartz y Jack Steinberger fueron reconocidos por desarrollar un método de detección de neutrinos que permitió demostrar la doble estructura de los leptones, descubrimiento que fue el inicio para la creación del modelo estándar, una teoría que predijo el hallazgo de varias partículas elementales, entre ellas el bosón de Higgs.
Debido a las deudas, en 2015 el científico se vio obligado a poner a la venta la medalla de oro. Un comprador se hizo del codiciado premio por una suma de 765.000 dólares.