Al piloto de Drag Racing, Mike Bowman, no se le abrió su paracaídas y terminó estrellándose contra las mallas de seguridad.
En las Drag Racing o carreras de aceleración, los autos alcanzan impresionantes velocidades que pueden superar fácil los 400 kilómetros por hora.
Debido a la potencia de los motores, para estos verdaderos bólidos no es suficiente los frenos comunes por lo que necesitan un paracaídas que los detenga antes que se termine la pista, la que generalmente mide un cuarto de milla.
Pero en ocasiones las medidas de seguridad fallan, como le ocurrió a Mike Bowman, piloto de un automóvil E3 Spark Plugs Pro Mod, a quien no se le abrió el paracaídas en la serie clasificatoria del NHRA AAA Insurance Midwest Nationals y terminó estrellando su auto a 410 kilómetros por hora contra las mallas de seguridad que se encuentran al final de la pista.
A pesar del impresionante impacto, Bowman no sufrió ninguna herida de gravedad.