Por Jorge I. Lagás
Foto: Getty Images
Esta temporada recibimos un nuevo arribo de los dioses del metal, Judas Priest, que estarán encabezando el evento Santiago Gets Louder meets Solid Rock, el viernes 2 de noviembre en el Movistar Arena.
Lo hacen presentando su flamante disco 2018 “Firepower” y el resto de su historia, con la particularidad de que por primera vez el emblemático guitarrista Glenn Tipton no puede estar tocando en los shows de la gira, salvo apariciones esporádicas, debido al mal de Parkinson que lo alejó de la actividad a la que estaba acostumbrado. En su lugar está Andy Sneap, co-productor del último álbum, uno de los más afamados del circuito del metal, ex guitarrista del grupo thrash metal británico Sabbat.
Con todo eso en mente, telefoneamos a Ian Hill, bajista y a estas alturas el único integrante realmente original del grupo, que está desde sus inicios. Esto fue lo que nos contó:
-Ian, ya se nos viene otra cita en Chile. Tus primeras impresiones.
-Nos encanta Chile. Tenemos grandes recuerdos de las anteriores pasadas por Santiago. Aparte de tocar, hemos pasado algunos días de descanso también, nos fascinó el lugar y la gente así que ya estamos esperando volver.
-Y el regreso es en una gira que ha resultado bastante especial, por primera vez no pueden contar con Glenn Tipton en la guitarra, al menos no al 100%, considerando sus apariciones esporádicas. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
-Fue un golpe duro saber que no podría hacer el tour. Ha estado en algunos lugares tocando algunas canciones. Y la verdad es que ha sido muy raro, estar en el escenario y que no esté él parado ahí al lado de nosotros. Pero bueno, en su lugar está Andy, fue el mismo Glenn el que sugirió que lo pusiéramos a él. Ha hecho un gran trabajo, mejorando a medida que vamos acumulando shows, se va sintiendo más cómodo. No es algo normal, pero es aceptable (risas). Obviamente no es Glenn, pero musicalmente no hemos perdido nada.
-Para los fans fue duro enterarse de esto, ¿cómo fue para ustedes, siendo compañeros y amigos de él, sintiéndolo de más cerca?
-Fue algo muy emocional. Cuando empezamos la última gira sabíamos que él había sido diagnosticado con Parkinson y no estábamos seguros si iba a lograr hacer todo. Sin embargo en los ensayos y en los shows lo hizo muy bien y pudo hacer la gira. Creíamos que esta vez iba a ser igual, pero se empezó a complicar y él mismo tuvo que asumir que ya no podría hacerlo. Y entonces supimos que en realidad era así. Fue un momento terrible para todos, muchos ojos llorosos en el instante en que nos sentamos y hablamos entre todos. Ahí fue cuando Glenn sugirió a Andy, que estaba ahí mismo trabajando. Creo que fue la elección perfecta. Produjo el álbum, de gran forma, así que sabe todas las canciones nuevas, no tiene que aprender casi nada. Y es un fanático de la banda, así que está familiarizado con el material clásico. Es un gran guitarrista, un gran tipo y las cosas andan bien con él. Como te decía, musicalmente sigue estando todo ahí.
-A propósito de música y canciones nuevas, hablemos de lo que los trae en gira, el disco “Firepower”. Para muchos, ha sido lo mejor que han sacado desde los tiempos de “Painkiller”, hace 28 años. ¿Te parece que es así?
-Estoy de acuerdo. Aunque claro, si le preguntas a cualquier músico por su álbum favorito, te dirá que es el último (risas). Pero en este caso, creo que probablemente es el mejor álbum. Uno de mis favoritos. Y se ve que para los fans también, porque percibimos muy buenas reacciones tocando las canciones en vivo. Y así lo vemos también en los comentarios en internet. Incluso le ha ido bien en ventas, cosa que ya no pasa hoy en día. Impresionante para una banda de casi 50 años de existencia (risas). Seguir siendo relevante es un gran logro.
-El disco tiene una interesante conexión chilena, la portada fue hecha por el diseñador Claudio Bergamin, compatriota nuestro. Sabemos que Richie (Faulkner, guitarra) trabajó codo a codo con él en las ideas, ¿participaste también?
-Richie fue el que estuvo más metido, fue él el que le pidió trabajar en esto. En otras ocasiones hemos trabajado con Mark Wilkinson, un gran artista, muy dado a los detalles (hizo todas entre ‘Ram it down’ y ‘Redeemer of souls’). Y la nueva me encanta, es muy directa, simple pero poderosa, encaja bien en la música que plasmamos. Ha sido un gran trabajo.
-Judas Priest tiene un historial de grandes portadas, hay algunas inolvidables como la de ‘British steel’ o ‘Screaming for vengeance’, ¿cuál es la importancia que le dan al arte de sus discos como complemento de la música?
-Es muy importante. Recuerdo cuando era más chico y compraba discos sólo motivado por la portada (risas). Eso te daba una proyección de lo que podía venir adentro: “Esto se ve bien, lo compro”. Es triste que ahora cuando los discos los puedes descargar de internet, te pierdes esa parte. Ver lo que viene adentro, el arte, las notas, las fotos, las ilustraciones. Es una pena porque hay mucho trabajo metido en eso, y cuando sólo bajas los archivos de audio te lo pierdes. En este caso, con “Firepower” se hizo un gran trabajo, así que ojalá lo puedan apreciar en su mejor forma.
-En esta gira, quizás como una especie de compensación porque Glenn no ha podido estar del todo, les han regalado a los fans una serie de canciones que habitualmente no formaban parte de sus setlists: algunas que no tocaban hace décadas, o tracks que sin ser necesariamente “hits”, se habían convertido en muy queridas y pedidas por los fans. ¿Por qué han estado incluyendo esas canciones, y cómo ha sido la experiencia de sacarlas del baúl y volver a tocarlas?
-La verdad es que a veces se vuelve un dolor de cabeza armar los setlists (risas). Hay que mantener los grandes éxitos que siempre quieren los fanáticos, aproximadamente unas cinco canciones que no pueden faltar. Y después obviamente queremos tocar las del nuevo álbum, por lo menos tres. Y lo que queda es completarlo con algo más. Así que ahí hemos estado metiendo canciones como “Sinner”, “Running wild”, “Delivering the goods”, “Tyrant”… y estamos preparando otras. Para mantener el setlist fresco, para nosotros y para los fans. También vamos variando las canciones nuevas que tocamos, porque queremos incluir las que más se pueda en la gira. Para nosotros ha sido un gusto. Ahora vamos a Chile por primera vez en tres años, así que queremos que haya una buena sensación de novedad. Al final es una mezcla entre canciones antiguas, nuevas y esos rescates de algunas joyitas por ahí.
-Con la mano en el corazón, ¿crees que a veces tu trabajo en la banda ha sido subvalorado? Siempre al hablar de Judas Priest se habla de la gran voz de Rob Halford, o de la dupla de guitarras, pero en tu caso se ve más como un bajo perfil, siendo que el bajo es muy importante.
-Efectivamente es importante, el bajo y la batería son la base de todo. Sucede que la voz y las guitarras siempre van al frente en una banda así, nosotros llevamos el ritmo y ellos llevan las melodías y las líneas principales. Así que eso siempre tiene la labor de estar más al frente, mientras el bajo y la batería se encargan de mantener el ritmo andando. El desafío es hacer que esos cimientos sean sólidos. Eso es lo que he hecho todos estos años.
-Bandas como Judas Priest, Accept, Saxon y otras de la época más clásica del heavy metal, siguen hasta el día de hoy sacando discos que suenan frescos y potentes, a la par de las bandas nuevas. ¿Cómo ves ese fenómeno, a qué se puede deber?
-Hablando por Judas Priest, es algo que siempre hemos hecho. Nos gusta grabar discos y en cada uno de ellos tratamos de dar un paso adelante, desarrollar algo nuevo. Uno se mueve con los tiempos y eso te mantiene fresco. Si uno cierra los ojos y sólo nos escucha, parece que fuéramos una banda más joven, siendo que los más veteranos ya pasamos los 60. En nuestros discos siempre tratamos nuevas ideas, nuevas técnicas de grabación, nuevas tecnologías… eso te mantiene modernizado. Y en cuanto a las otras bandas, como Saxon y Accept, estoy seguro que pasa lo mismo. Sólo porque uno envejezca, no significa que pierda sus cualidades (risas). Si alguien es bueno, siempre se puede esperar algo bueno de él.
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