El de septiembre de 2018 fue el último número impreso después de 22 años de historia.
Es una tendencia sin lugar a dudas. Las revistas temáticas están llegando a su fin hace algunos años por el auge de la tecnología, especialmente las de formato digital.
Pero este fenómeno también ocurre con el rock, con el anuncio de que la revista argentina Los Inrockuptibles no existirá más, ni en su versión papel así como también digital.
El comunicado en su página web es el siguiente:
«El de septiembre de 2018 fue el último número impreso de Los Inrockuptiblesdespués de 22 años de historia. No es difícil imaginar por qué, aunque es complejo profundizar en las razones. Podemos referirnos a la situación económica general de la Argentina, al aumento delirante en el precio del papel, a las nuevas estrategias de las marcas a la hora de pautar, a las nuevas maneras de consumir, hasta a las nulas políticas culturales del gobierno de turno y a un sinfín de ítems que hicieron imprimir esta revista de manera periódica. Pero todo eso sería una discusión extensa y engorrosa. En todo caso, será un debate a futuro sobre el año en que la revista dejó de salir a la calle y desapareció. Sí, eso mismo: Los Inrockuptibles no existe más. Ni en formato físico ni en formato digital.
No vamos a detenernos en lo que implica para cada uno de los que hacemos la revista a nivel personal no seguir con una dinámica que durante muchos años se instaló en nuestro sistema nervioso. Pero créannos que es fuerte. Fuimos más y menos independientes, mantenidos y autogestionados. Fuimos caprichosos y no tanto, tan odiados como leídos; formamos, dicen, y también deformamos, seguro. Fuimos guía urbana y territorio, estadio y avant-première, dejamos la calle y cambiamos de forma, fuimos aire de radio, remera, postal: fuimos un medio gráfico en un país de papel.
No pecamos de distraídos ni de ingenuos. Ojo crítico y espíritu de fan nunca nos faltaron. Tratamos de bucear entre las esquirlas del rock entendido como cultura, como forma de ver el mundo. Hicimos lo que quisimos, lo que pudimos y lo que nos dejaron. Fuimos actores y testigos de la dicha en movimiento: trabajamos en el ruido, en el desboque de un tiempo que se fagocitó a sí mismo en medio del griterío.
Queda agradecer a los lectores; los de antes, los de ahora y los de siempre.
Y a cada uno de los que formaron parte de esta revista a lo largo de los años, que lo hicieron muchas veces sin especulaciones y siempre con pasión, talento y cariño. Para ellos, el deseo de que alguna vez, a la distancia, piensen con cierto orgullo algo que los que ahora firmamos estas líneas empezamos a repetir en silencio: “fuimos Los Inrockuptibles”.
Hasta siempre.»